Ana Gabriel no corrió riesgos y triunfó de nuevo en Viña del Mar
La cantante mexicana de voz gastada, Ana Gabriel, fue la encargada de iniciar la tercera noche del Festival de la Canción de Viña del Mar.
Salió vestida al escenario de la Quinta Vergara con un sobrio traje oscuro, con una chaqueta negra con mostacillas de color rojo.
No comenzó con ninguna parafernalia, ni menos temas con un poco de ritmo. Empezó inmediatamente con el romanticismo que ha caracterizado toda su carrera.
Ya a la tercera canción se iniciaron los sonidos típicos mexicanos, una música que aunque pocos lo crean, es de las más populares en nuestro país.
Ahí se iniciaron las primeras ovaciones para Ana Gabriel, quien interpretó el tema "Sin problemas", con un impecable grupo de mariachis.
Se dio tiempo para bromear sobre el escenario, jugó con el tema de su edad y dijo "las maduritas también podemos hacer feliz a la gente", lo que provocó que el público celebrara su presencia.
Agradeció también la oportunidad de volver al Festival de Viña del Mar, lo que la azteca califica como una ocasión especial que "la llenó de orgullo".
Después vino una de las primeras canciones que la hizo conocida, un tema de amor y nostalgia, llamado "Destino". La mexicana demostró que los años no han pasado por su calidad vocal. Escucharla ayer fue igual que ir oyendo un disco de ella en el automóvil o el living de la casa. Simplemente, impecable.
Luego de terminar de interpretar ese exitazo, el "Monstruo" le cantó los primeros "ídola, ídola", que ella recibió emocionada.
Tema 'oreja' tras tema 'oreja'. Es la forma más exacta de describir el show. No corrió riesgos innecesarios la azteca. Fue a la segura, con un repertorio que gustó mucho, como era de esperarse, porque la mayoría de quienes estaban ahí lo hacían por ella. Ana Gabriel les respondió con talento. Cantó todo lo que quiso y se llevó feliz sus premios. Más que merecidos.
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