El regreso a clases implica un proceso de adaptación para los estudiantes que deben pasar del ocio de las vacaciones a la rigurosidad de la disciplina académica. Es comprensible que retornar a la rutina diaria suele costar un poco a los niños, incluso también sucede con los adultos, no obstante, los padres deben motivar en lugar de entorpecer el proceso.
En este punto los padres juegan un papel fundamental; de la forma cómo ellos estimulen y motiven al hijo, dependerá en gran parte su actitud positiva ante el comienzo de las actividades escolares.
Para que el cambio no sea tan brusco y traumático, Rodrigo Morales, director docente de la Escuela de Sicología de la Universidad Mayor, aconseja dejar un tiempo de adaptación entre las vacaciones y la rutina diaria. "Junto con reconocer que es un proceso difícil, es conveniente ritualizar este regreso. Bajarse del auto para subirse al furgón escolar o tomar el bus a la universidad no es lo más aconsejable. Parece más prudente darse un tiempo para llegar a casa, compartir lo vivido y preparar el espacio desde donde comenzaremos a ambientarnos al nuevo ritmo", aseguró el sicólogo.
Sin duda, los padres tienen una misión muy importante en esta etapa de sus hijos, ya sean ellos escolares o universitarios. "La tarea para los padres se vuelve así cuesta arriba, no sólo por tener que enfrentar en ellos mismos las peripecias del mes más agotador del año: pagos, créditos, uniformes, matrículas, etc., sino por tener que lidiar con la comprensible resistencia de sus hijos a retomar los libros", enfatizó Morales.
María Castillo tiene a su hijo en segundo año básico, ella y su marido preparan con anticipación la vuelta a clases de su pequeño. "Nosotros una semana antes de que entre a clases le ajustamos los horarios de acostarse y que se levante un poco más temprano, ordenar sus cosas".
Por su parte, la apoderada, Elizabeth Carvajal planteó que "nosotros acostamos al niño temprano nomás, cuesta que se levante, pero tiene que adaptarse simplemente si ya entró a clases".
Para el psicólogo de la Universidad Católica del Norte, Denis Palacios, muchos padres plantean mal el problema. "El desajuste acá no es el levantarse temprano, sino que el aprender a acostarlo temprano para levantarlo temprano al día siguiente, ese es el desajuste que tengo que volver a readecuar cuando comienza el año escolar, ahí está la pesadilla porque si un niño se acuesta a las tres de la mañana obvio se levantara tarde al otro día".
Por lo tanto, para hacer de este cambio un proceso más natural es fundamental tener una buena comunicación en el hogar. "Más allá de técnicas sobre qué decir a nuestros hijos, lo esencial tiene que ver con reconocernos en familia como partícipes de un mismo viaje, que hoy toma otro rumbo, abriendo nuevos desafíos, pero también nuevos espacios de conversación que en la marcha cuidarán del bienestar de toda la familia", puntualizó Morales.
El psicólogo de la universidad Mayor, plantea algunos consejos para lograr un óptimo inicio del año escolar, de los que destacó el no restar legitimidad a lo difícil de esta transición, ya que desconocerlo es ir contra la corriente, es hacerse parte del problema y no parte de la solución.
Además también aconseja a los padres darse un tiempo para compartir lo vivido y preparar el espacio desde donde comenzar a ambientarse al nuevo ritmo, tomarse las cosas con calma, lo que conlleva tener algunas cosas preparadas desde antes. A eso agregó saber con anticipación lo que deben hacer disminuirá un estrés propio de la época permitiendo enfocarse con mejor ánimo a las actividades de un nuevo año. Mantener una sana comunicación en el hogar para poder enfrentar los escenarios de estrés.
Dialogar en familia sobre lo vivido en las vacaciones, pero también en torno a las metas y desafíos de cada uno de los miembros de la familia para el nuevo año y por último mantener un diálogo familiar sobre estos y otros temas, para promover así identificación, lo cual genera un buen soporte para aproximarse.
Según los especialistas, el estrés surge ante la adaptación al cambio. Y todavía más, ante un cambio que supone esfuerzo porque la vuelta al colegio implica retornar a madrugar, cargar con la mochila hasta el colegio, estar atento en el aula y hacer los deberes.
Agregan que conviene partir de la base real de que cada nuevo curso supone más responsabilidades, más exigencia en el nivel y más dificultades. Por tanto, el niño se integra en un contexto nuevo, y en muchos casos, con otros profesores. Esta dificultad puede agravar ese estrés postvacacional.
Los factores del entorno pueden influir de una forma positiva o negativa en la adaptación escolar del niño. "Por ejemplo, si es un alumno que sufre algún tipo de dificultad en las relaciones sociales en el colegio y siente el vacío del resto de compañeros, entonces, puede mostrar molestias en la vuelta al colegio como cambios de humor, enfados, tristeza", manifiestan los expertos.
Aunque muchas veces se habla de una forma general sobre el síndrome postvacacional de la vuelta al colegio. De hecho, si los padres tienen este síndrome, los hijos también son más receptivos a tenerlo.
"Estamos un poco asustados por este inicio de clases, ya que es el primer año de nuestro pequeño, no sabemos cómo se adaptara, porque tendrá que pasar a estar todo el día con nosotros a quedar en manos de otra persona que sería su profesor", comentó, Patricia Barraza.
La vuelta a clases de los escolares calameños ya se completó, por lo que deberán lograr una positiva adaptación al nuevo año escolar, ya que de no hacerlo le generara una baja en el rendimiento, pues con un mayor descanso podrá lograr una mayor concentración y rendimiento escolar.
"La tarea para los padres se vuelve difícil, por tener que lidiar con la comprensible resistencia de sus hijos a retomar los libros".
Rodrigo Morales
Docente Universidad Mayor
"Nosotros una semana antes de que entre a clases le ajustamos los horarios de acostase y que se levante un poco más temprano, ordenar sus cosas".
María Castillo
Apoderada