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Diputado DC Aldo Cornejo asume la presidencia de la Cámara Baja

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En dos tandas debió tomarse el juramente a los parlamentarios que conforman la nueva Cámara de Diputados para el período 2014-2018, luego que cinco legisladores llegaran atrasados a la ceremonia inicial.

Así se dio inicio ayer a la legislatura, con el juramento tanto de los diputados reelectos como de los 39 parlamentarios elegidos por primera vez en los pasados comicios.

La ceremonia se inició pasadas las 9 horas, ocasión en la que juraron o prometieron 115 legisladores. Tras dicho acto, los parlamentarios tuvieron un par de minutos para saludarse.

Fue en ese instante cuando ingresaron a la sala los cinco diputados que llegaron retrasados a la ceremonia, por lo que el diputado Nicolás Monckeberg (RN), en su condición de presidente provisional, tomó juramento a los cinco parlamentarios, que no estaban presentes al inicio de la sesión.

Se trató de los diputados Manuel Monsalve (PS), Luis Lemus (PS), Karol Cariola (PC), Gabriel Silber (DC), y Gaspar Rivas (ex RN), situación que generó alguna bromas de parte de sus colegas. Tras dicho juramente, se dio inicio a la votación de los diputados para conformar la presidencia y vicepresidencia de la Cámara Baja.

Cada uno de los 120 parlamentarios depositaron su voto cerrado en un depósito ubicado en el centro del hemiciclo. Dicho procedimiento no estuvo exento de curiosidades. La diputada Daniella Cicardini, representante del distrito N° 5, olvidó su voto en su pupitre al momento de bajar a votar para la elección de presidente de la Cámara. En tanto, el diputado Joaquín Godoy levantó su puño izquierdo tras depositar el voto.

Entre los parlamentarios más aplaudidos durante la ceremonia estuvo Iván Fuentes, del distrito 59, correspondiente a la XI Región. El parlamentario se hizo conocido por ser uno de los líderes de las protestas en Aysén de 2012. Fuentes no solamente fue aplaudido por el público en las tribunal, sino que por los parlamentarios de gobierno.

También tuvieron un fuerte respaldo los diputados Camila Vallejo, Gabriel Boric, Giorgio Jackson y Karol Cariola, quienes se transformaron de inmediato en un foco de atención para los medios y el resto de los parlamentarios, por su juventud y su vinculación a los movimientos estudiantiles de 2011 y 2012.

Un hecho emotivo se vivió con la diputada DC, Yasna Provoste, por la III Región, quien tras entregar su voto por la presidencia de la Cámara cogió un pañuelo blanco y saludó a la galería.

Cabe recordar que el 3 de abril de 2008, la Cámara de Diputados, por 59 votos a favor, 55 en contra y 2 abstenciones, declaró procedente la acusación en su contra (cuando era ministra de Educación), quedando por tanto suspendida de su cargo hasta que el Senado resolviera en definitiva dicha acusación.

Tras el conteo de votos, se estableció la presidencia de la Cámara Baja, la que quedó con el diputado Aldo Cornejo como presidente con 67 votos, mientras que en la primera vicepresidencia fue elegido el diputado del PC Lautaro Carmona y, en la segunda, el diputado del PPD Rodrigo González.

Mientras se realizaba el protocolar proceso del cambio de la presidencia de la Cámara Baja, un particular y cariñoso llamado de un pequeño rompió el estricto procedimiento. "Papá, papá, papá, mira papá". Esas fueron las palabras del menor de los hijos del diputado Aldo Cornejo, quien provocó ternura entre los asistentes.

Tras asumir el cargo, el diputado Cornejo dijo que "este año es clave para responder a las enormes expectativas ciudadanas que se reflejaron en el masivo apoyo a la Presidenta Michelle Bachelet y a su programa; hay reformas esenciales y estructurales que deberá tramitar este Congreso y mi compromiso es conducirlas y generar todos los espacios necesarios para el diálogo y el entendimiento entre todos los sectores".

El nuevo titular de la Corporación agregó que "el gobierno de la Presidenta Bachelet tiene, por primera vez en la historia de la centro izquierda, una clara mayoría para emprender algunos de los cambios y posibles mayorías para enfrentar otros. Estas mayorías deben utilizarse con decisión, pero también con la aspiración a que sean lo más amplias posibles".

Cornejo expuso que "el Chile que hoy comienza debe avanzar hacia una segunda transición, más compleja y demandante que la que vivimos en los años 90". En esta etapa, explicó, el Congreso está obligado a concluir la transición política, lo que "se expresa en una nueva Constitución y avanzar en derrotar la desigualdad".

Agregó que "esta Cámara deberá enfrentar el gran desafío de empezar a redibujar nuestra patria, a fijar los cimientos de un nuevo trato entre los chilenos, que abra las puertas para un nuevo tiempo. En consecuencia, en esta Legislatura deberemos reforzar los esfuerzos para estar a la altura de las grandes expectativas que la ciudadanía tiene". En ese punto, apuntó que es necesario un nuevo marco constitucional y político que responda a las demandas de los ciudadanos por mayor participación y representatividad".

El dilema de Cornejo

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Analista político de Univ. Mayor

¿Cómo ser DC y no morir en el intento? ¿cómo ser bacheletista y no morir en el intento? Esa es la dualidad en la que se mueve el nuevo Presidente de la Cámara de Diputados, Aldo Cornejo.

Reconocida es la estima que el diputado por Valparaíso siente hacia el liderazgo de Bachelet. Aquello quedó claro en los albores de la primaria de la Nueva Mayoría, cuando junto a Rincón y Pizarro, entre otros, manifestaban a viva voz la conveniencia de plegar a la DC tras la candidatura de la socialista, aunque esas declaraciones contribuyeran a minar la candidatura de Claudio Orrego.

No resulta extraño entonces la celeridad de la Presidenta electa para convocarlo junto a Isabel Allende (como Presidenta del Senado), a integrar el exclusivo club de los días lunes en La Moneda, aquel del petit comité político.

En ese club se establecen los cauces para conducir, sumar y agilizar voluntades parlamentarias en la aprobación de los ejes programáticos. Sobre todo en aquellos temas que requieren un quórum más alto que una simple mayoría, y que pueden generar algún grado de urticaria en ciertos socios del oficialismo. Aquí Cornejo deberá optar entre su amor por la Presidenta o, en algunos casos, la coherencia frente a ciertos principios y posiciones que lo hacen DC y no PC.

A esa disyuntiva se suma una tercera para Cornejo: ¿Cómo impedir que la Cámara descienda aún más en el juego de las apreciaciones ciudadanas? ¿Cómo evitar que la Cámara se limite a ser buzón del Ejecutivo, antes que un poder del Estado autónomo, propositivo y serio? ¿Cómo cambiar la triste percepción de los chilenos frente a esta Cámara, representada como una suerte de hoguera de las vanidades donde se exacerban las diferencias (a veces ficticias) e impera un ánimo populista?

Los primeros 100 días de gobierno serán suficientes para ver qué Cornejo nos depara la Cámara.