Alma: el universo descifrado entre científicos y tecnología
El observatorio Alma, que está emplazado en la provincia de El Loa, es un polo de desarrollo científico muy importante para el mundo y el país, pues ha aportado grandes descubrimientos al mundo astronómico en los últimos tres años. Sin embargo, los resultados de los múltiples estudios son el punto culmine de un gran trabajo, que es desarrollado por un equipo de profesionales que se desempeñan en el "Centro de Operaciones", denominado OSF por sus siglas en inglés.
Este grupo de científicos es el motor del observatorio, ya que sin ellos a la gran obra astronómica le faltaría un engranaje. Por ello, un recorrido por el OSF reflejó la importancia que tienen la operación de las antenas de radioastronomía y cómo ellas a través de la interferometría (técnica que combina la luz proveniente de diferentes receptores), logran captar las señas desde el espacio para obtener información.
Dicha información es recepcionada por el Correlador, un instrumento computacional de propósito específico que tiene una capacidad de almacenamiento de datos equivalente a tres millones de laptop. Ya que puede procesar 16 mil terabyts de multiplicaciones y sumas por segundo, por ello fue construido específicamente para Alma.
Los datos que procesa son entregados a los astrónomos, quienes los analizan y a través de un algoritmo los transforman en una imagen, la que finalmente se puede ver, porque las antenas de Alma captan ondas milimétricas y submilimétricas, las que son imposibles de ver por el ojo humano.
Alma está compuesta por 66 antenas, las que pueden trabajar todas juntas para aumentar la sensibilidad y la resolución de las observaciones. Este modo es llamado interferometría y hasta el momento 53 antenas han alcanzado a trabajar al mismo tiempo.
De todas las antenas 25 pertenecen a la ESO, 25 a la NRAO y 16 a la NAOJ, los tres asociaciones que forman el consorcio cooperativo. . Por ello, las antenas tienen distintos diseños, pero contienen la misma electrónica para detectar las luz.
El array operator de Alma, Emiliano Galuppo, explicó que las antenas se pueden ir moviendo para obtener distintas configuraciones de observaciones, con la finalidad de cambiar la resolución angular del telescopio.
"Las antenas reciben una señal electromagnética del espacio o del objeto observado, la que es captada en una longitud de onda mucho mayor a la visible. Las antenas recogen estas ondas, que son concentradas en un reflector que las envía al Fron-Ent que es la caja de recepción de todas las señales. Luego de ello, se digitaliza y se manda al Correlador" agregó.
La única amenaza técnica para las observaciones es el vapor de agua que hay en la atmósfera, debido a que afecta la luz que viene del espacio. Esto explica por qué están a más de 5 mil metros de altura, en el llano Chajnantor es muy escaso.
Este vapor se mide en milímetros de agua precipitada, la que se cuantifica desde el punto principal hasta el final de la atmósfera, siendo la medida promedio en Chajnantor de un milímetro. Reflejando lo árido del terreno.
Otras de las amenazas, es que en el llano hay temperaturas extremas, por lo tanto si llegan a 20 grados Celsius bajo cero se detienen los estudios, así como cuando hay algún tipo de precipitación.
Este equipo computacional concentra toda la información de las antenas en un solo punto, por ello procesa una gran cantidad de datos que absorben desde las antenas. Siendo las frecuencias captadas invisibles para el ojo humano.
"Para visualizar las imágenes que todos vemos, lo que se hace es poner color a las frecuencias para que nosotros podamos apreciar lo que se capta", explicó el supervisor del grupo Correlacionador, Alejandro Sáez, que lleva nueve años en el proyecto.
Según mencionó Sáez, luego que el Correlador absorbe los datos, estos son entregados al astrónomo y su responsabilidad es tomar la información en crudo y reducirla, para obtener una imagen de la radio fuente. Es un proceso lento que se hace offline, en el que a través de un software se reducen los datos, discriminando las soluciones matemáticas ilógicas.
El Correlador está ubicado en el llano Chajnantor y se debe conservar a una temperatura lo más fría posible, pero no a niveles criogénicos. "Se mantiene a 16 grados Celsius para extender su vida útil, porque esta máquina debe vivir por lo menos 30 años y si no se mantiene a una temperatura acorde, su estructura de circuitos integrados puede recalentarse" agregó Sáez.
Las descargas electroestáticas deben evitarse porque pueden dañarlo, ya que por la sequedad del lugar es muy fácil cargarse. Para evitar esto, la sala donde está el equipo permanece en un 40% de humedad relativa, en circunstancias desérticas donde hay menos de 10%.
Cuando ya las antenas han capado las ondas, enviado al Correlador y los datos han sido procesados para entregarlos a los astrónomos, comienza el trabajo de investigación en base a un proyecto determinado. Alma no atiende solicitudes individuales de indagación, si no que una vez al año 78 expertos internacionales evalúan los proyectos astronómicos presentados por los países, para realizar la distribución de las horas de investigación según la importancia de estos.
Este año se presentaron propuestas que concentran siete mil horas de observación, sin embargo, para el Ciclo 2 de la etapa de Ciencia Inicial del radiotelescopio Alma, sólo se otorgarán cerca de 1.700 horas, en el marco de las propuestas seleccionadas.
Según el astrónomo Cristián López, con Alma pueden observar objetos con una alta sensibilidad y resolución. Por esto, a través del proyecto que se presenta, se determina la cantidad de horas a utilizar, el número de antenas y las especificaciones técnicas.
"Para investigar, las antenas captan la luz, la cual es procesa en el Correlador obteniendo datos, que a través de algoritmos matemáticos son transformados en imágenes simples", agregó López.
Por su parte, para el estudio de la radioastronomía la interferometría es importante. "Nosotros ocupamos esta técnica porque entre más antenas están operando en conjunto, aumentamos la resolución angular y la cantidad de luz que recibimos y así ir más allá en el espacio" explicó el astrónomo.
López precisó que "en astronomía estudiamos ámbitos cercanos y lejanos, en lo cercano por ejemplo, con los instrumentos de Alma podemos visualizar los primeros procesos que inciden en la formación de una estrella de baja o alta masa, comparándolo con modelos teóricos, los que en algunos casos difieren mucho. Por lo tanto, con Alma podremos dar repuestas a aspectos complejos donde ciertos temas aún no son comprendidos".
López precisó que en el aspecto lejano el observatorio aún tiene mucho campo por descubrir, porque gracias a que las antenas son capaces de captar mucha luz pueden llegar a zonas bastante lejanas de observación. Esto permitirá comenzar a entender de qué manera comenzaron a formarse las primeras galaxias después del Big Bang y cómo es la gran estructura del universo.
"Para visulaizar las imágenes que todos vemos, lo que se hace es poner color a las frecuencias para que nosotros podamos apreciar lo que se capta".
Alejandro Sáez
Supervisor del grupo
Correlacionador
El observatorio está situado en un lugar que se consideró único e inusual:, el desierto de Atacama. Mientras los astrónomos operarán el telescopio desde el edificio técnico en el Centro de Operaciones de Alma, a 2.900 metros sobre el nivel del mar, el conjunto de antenas se encuentra en el altiplano de Chajnantor. Esta ubicación fue seleccionada debido a muchas razones científicas bien justificadas, particularmente la sequedad y altitud.
1995
NRAO, ESO, NAOJ con CHile prueban el sitio.
Noviembre de 2003
Se coloca la primera piedra de Alma
Abril de 2007
Llega a Chile la primera antena.
Julio de 2011
Alma recibe casi mil propuestas para la etapa de Observación de Ciencia Inicial.
Mayo de 2012
A mitad de camino, pues Alma ya tienen 33 de sus antenas en el llano.
Marzo de 2013
Se realiza la inauguración el observatorio Alma.