Calama y sus 135 años de lucha
Agradezco por ser hijo de esta tierra y no me queda más seguir luchando por un mejor lugar para vivir.
El domingo recién pasado, celebramos un nuevo aniversario de nuestra querida Calama. El 23 de marzo de 1879 la tierra de sol y cobre, pasó a ser parte de nuestro territorio nacional y hoy a 135 años de aquel memorable día, donde Chile alzó la bandera de la victoria en la batalla de Topater, quiero reafirmar mi compromiso irrestricto con esta ciudad de abundantes riquezas y gente linda, que cada día se destaca con luz propia en el Norte Grande.
Y es que Calama ha crecido y se ha transformado durante los últimos años, es cierto, pero aún estamos lejos de lograr el desarrollo esperado, de alcanzar la calidad de vida que merecen todos quienes ven a Calama como su hogar, y de ser la tierra de las oportunidades para quienes nos visitan.
Para cumplir con estas metas, es vital el concurso de todas las fuerzas, de las autoridades locales y nacionales, de los movimientos sociales en las calles y de la gente en sus casas, unidos y con una buena planificación de los objetivos a lograr. Es que la voz de nuestras demandas no será acallada y todos nuestros esfuerzos se perfilarán como gigante en el desierto.
Existen tareas pendientes en vivienda, en educación, en salud, en protección a los recursos naturales y medio ambiente, en reconocimiento a nuestros pueblos originarios, en combatir la delincuencia, la drogadicción y la pobreza, en fin, con Calama existe una deuda pendiente, por ello quiero insistir en la necesidad del trabajo en equipo y con la comunidad, pues es responsabilidad de todos construir los cimientos de la ciudad que realmente queremos para nuestros hijos.
No obstante lo anterior, y de todo el esfuerzo que pongamos hay que tener presente que existe un compromiso pendiente por parte del Estado, en ese sentido mi deber como parlamentario es velar porque ese compromiso, esa palabra empeñada se cumpla. Hace 135 años Calama es parte de Chile, y hoy queremos que Calama sea Chile, que se reconozca su gran aporte al resto del país, su cultura y sus riquezas y también sus necesidades con el objeto de solucionarlas, que sea una ciudad próspera y que su gente, siempre leal a esta hermosa tierra, cuente con todas las herramientas para desarrollarse y progresar.