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Parábola de las "Diez minas"

No hay excusa para no usar los dones y talentos para el Reino de Dios y para bendecir a nuestros semejantes.

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Esta historia la cuenta nuestro Señor en casa de Zaqueo, un publicano (recaudador de impuestos), transformado por su mensaje y su visita. Usa una semejanza con lo acontecido por Arquelao, hijo de Herodes el Grande, quien reclamó las tierras de su padre y combatió contra sus hermanos para lograr tener un reino (San Lucas 19:11-27).

La diferencia con la historia narrada en San Mateo 25:14-30, es que aquí se entrega un capital inicial igual para todos los siervos y cada uno produce según su capacidad y en base a esto recibe su recompensa. Si ganó 10, recibe 10 ciudades para gobernar; si ganó 5 entonces son 5 ciudades y así sucesivamente.

El siervo que devolvió el dinero tal como lo recibió, fue castigado por su indiferencia y desidia ante la oportunidad que le dio su rey.

Los cristianos debemos aprender de esta parábola que Dios nos ha dotado de todo tipo de bienes y capacidades, las cuales debemos poner al servicio de su causa; de lo contrario seremos sancionados igual al personaje de esta historia. No tenemos excusa para no usar los dones y talentos que poseemos en beneficio del Reino de Dios y para bendecir a nuestros semejantes.

Existe una ingente cantidad de hermanos y hermanas que podrían ser un aporte valioso a la labor evangelizadora y cuyas potencialidades muchas veces se pierden al no hacer uso de ellas. Por eso el apóstol Pablo nos exhorta a despertar y poner manos a la obra (Efesios 5:1-20)

Con todos los acontecimientos recién sucedidos en nuestro norte chileno, invito a todas las personas que poseen dones admirables y talentos, a convertirse en ayuda efectiva de los necesitados y damnificados.

Debemos aprender de esta historia que todos somos importantes y valiosos para Dios y que tenemos el mismo potencial para colocarlo a su servicio. A pesar de nuestras diferencias personales y naturales, podemos ser de gran bendición solo con disponer nuestra vida al servicio de Dios. Hágalo y verá los resultados.

Un solo norte: una noble solidaridad

Es el momento de ir en ayuda de los que necesitan, y los habitantes de El Loa podemos mostrar nuestra generosidad.

Mientras pasan los días siguen apareciendo los daños y necesidades de los habitantes de la zona norte, por lo es necesario reaccionar con urgencia.

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Las ciudades de Calama y Antofagasta no demoraron en reaccionar frente a los dos terremotos que afectaron a las primeras regiones del norte del país, y han comenzando a todo nivel, a recolectar alimentos, ropa de abrigo y materiales de construcción para paliar los daños sufridos por los habitantes de Tarapacá y Arica-Parinacota.

Los municipios, universidades, organizaciones civiles y sociales de la ciudad han comenzando planes de recolección, reuniendo todo lo necesario para poder enviar hacia los sectores más afectados.

En el caso del municipio de Calama, ha iniciado la campaña "Un solo norte, Calama hace su aporte", que busca incentivar la solidaridad que siempre se manifiesta frente a la adversidad.

No hay nadie que esté indiferente, y ya se aprecian muestras de gran afecto, principalmente por la conexión que existe entre nuestra ciudad con Arica e Iquique.

Es importante que la reacción sea rápida, con el fin de poder enviar lo más pronto posible la ayuda necesaria y sobre todo que sea repartida entre quienes realmente lo necesitan, incluyendo numerosos localidades del interior que todavía se encuentran aisladas.

Para los loínos que quieren realizar su aporte, deben dirigirse al parque José Saavedra, conocido como Los Lolos, para entregar su ayuda entre las 9 y 19 horas, sólo hasta el martes 8 de abril.

Una de las mayores necesidades es materiales de construcción, ya que existen numerosos daños, principalmente en el sector alto de la ciudad de Iquique y en Alto Hospicio.

Por su parte, las universidad con su sedes instaladas en la Segunda Región, también está reuniendo ayuda, mientras que los estudiantes invitan a la comunidad a colaborar con esta iniciativa.

Esta es la oportunidad para demostrar la solidaridad entre los nortinos, y poder expresar nuestro aprecio por quienes en estos momentos no sólo sufren el dolor de perder sus bienes, sino que también la tensión de no saber qué vendrá más adelanto o si ya todo riesgo se ha terminado por el momento.