La mañana del pasado 29 de marzo partió desde Ollagüe, una caravana integrada por 37 personas, entre alcaldes, concejales y funcionarios de cinco municipios de la región de Antofagasta, con un solo objetivo: abrir una ruta entre las localidades de Ollagüe en Chile y la ciudad boliviana de Tarija, que permita alcanzar un intercambio comercial, turístico y cultural.
La noche anterior, con una temperatura que alcanzaba a los 2 grados bajo cero y un viento de casi 70 kilómetros por hora, arribaron hasta la comuna emplazada a 215 kilómetros de Calama, los alcaldes de Mejillones, Marcelino Carvajal; Jorge Godoy de María Elena; José Guerrero de Sierra Gorda y Sergio Orellana de Taltal, acompañados de algunos concejales y funcionarios.
La caravana inició su largo viaje pasando primero por el control chileno de la Policía Internacional y luego la Aduana de Ollagüe. Luego de esos primeros trámites y tras pocos kilómetros de avance la comitiva visitó el control aduanero de Abaroa, en territorio boliviano.
Pasada la tramitación, las autoridades se desplazaron a Tarija. La ruta muestra el típico escenario del desierto, cerros y volcanes, inmensas piedras talladas producto de la abrasión de miles de años, y que dejan a la óptica de quien las observa, la imagen de diferentes figuras, ya sean de animales o humanas.
El sol, comienza a aumentar la temperatura y en la carretera de tierra que lleva a Uyuni, permite analizar la primera tarea que se han impuesto quienes buscan la integración, solicitar que las autoridades bolivianas puedan pavimentar estos 200 kilómetros.
Pequeños villorrios, además del volcán Santa Rosa, se divisan en la ruta, que junto a otros cerros y volcanes, que parecen hacer un verdadero pasacalle por largos kilómetros a la caravana.
Transcurrido algún tiempo, se divisa una gran mina, San Cristóbal, en donde laboran alrededor de 5 mil trabajadores. Este yacimiento posee una diversidad de minerales que explota desde hace un par de años. Luego aparece el campamento de esta empresa, que semeja una pequeña ciudad.
Apenas iniciada la tarde asoma Uyuni, localidad típica minera y de construcciones antiguas, cuyo salar considerado el más alto y extenso y del mundo, no podía dejar de ser visitado.
Aquí, a un costado del salar, se encuentra lo que fue el hotel de sal, construido con bloques y camas de este producto alcalino, salvo los colchones, mesas, sillas. Hoy está desmantelado, aunque aún flamean con la fuerza decenas de banderas internacionales, incluso la chilena.
A pocos metros, la organización del rally Dakar levantó un gran monumento de recuerdo, luego que este año su recorrido considerara por primera vez territorio boliviano.
Alrededor de las 15 horas, la caravana dejó el salar e inició el recorrido a Potosí. La distancia a cubrir era de 250 kilómetros por una carretera pavimentada. Lentamente, a medida que el recorrido sumaba kilómetros, el paisaje fue cambiando y una tímida vegetación, cubrió el desierto y el paisaje se mostró más atractivo.
Fue cayendo la noche antes de arribar a Potosí, localidad más moderna y con edificios en altura, ubicada sobre los 4 mil metros sobre el nivel del mar.
En las cercanías del hotel, en donde alojó la delegación, se instaló el día domingo, una extensa feria -similar a la rotativa de Calama- con muchos puestos, donde se ofrece una gran variedad -casi inimaginable- de los más diversos productos, como, cárneos, pollos, frutas, vegetales, ropa, entre muchos otros. Son cientos los clientes que llegan a adquirir estos productos.
El 31 de marzo la caravana comenzó su ruta a Tarija, distante a unos 360 kilómetros de Potosí, viaje que se completó por una carretera totalmente pavimentada. Cuando el reloj indica las 21.00 horas se arribó a destino, ciudad que supone un contraste con las otras localidades, debido a la gran cantidad de comercio, vehículos y atochamientos producto de sus calles estrechas. Unas 200 mil personas viven en esta ciudad.
Alrededor de las 11.30 horas, el alcalde de la localidad de Tarija Oscar Montes y su equipo de funcionarios, dan la bienvenida a las visitas, trasladándolos al Salón Rojo.
El alcalde Montes, explica las razones de este encuentro, señalando la importancia de que esta nueva ruta permita generar mejoras a la calidad de vida de los habitantes de ambas ciudades y aumentar los ingresos económicos. "Haremos llegar a nuestras autoridades lo que ha sido este encuentro, a quienes le solicitaremos la pavimentación de la ruta Uyuni. Esta futura carretera, nos ayudará a ahorrar una cantidad importante de kilómetros y de tiempo, pues sólo tendremos dos controles de aduanas y no como ahora que se cubren hasta tres y con varios controles policiales", expresó Montes, quien agradeció al alcalde de Ollagüe, Carlos Reigadas, por impulsar esta iniciativa.
Tras su intervención, cada alcalde chileno que participó en la caravana entregó su opinión, coincidiendo todos en la importancia de esta integración.
El alcalde tarijeño, cerró la reunión y por la noche ofreció una cena a las visitas, en donde hubo intercambio de libros, folletos, recuerdos y promociones con información turística.
A las 10 horas del día lunes 1 de abril, se inició el retorno de la caravana cubriendo nuevamente los más de 800 kilómetros a Ollagüe, pero con la satisfacción de haber dado un paso importante para esta integración americana.
"Lucharemos para que se asfalte la ruta entre Ollagüe y Uyuni, que permita tener una vía expedita de integración".
Oscar Montes
Acalde de Tarija
"Sin duda que estamos dando un gran paso para esta integración con poblados chilenos y bolivianos".
Carlos Reygadas
Alcalde de Ollagüe
"Tenemos que ayudar a Ollagüe para que abra nuevas rutas de turismo y así mostrar las bondades de nuestros pueblos".
Marcelino Carvajal
Alcalde de Mejillones
"Apoyamos esta iniciativa de integración entre los pueblos y que sin dudas traerá beneficios a las localidades del norte".
José Guerrero
Alcalde de Sierra Gorda.