El actor argentino Ricardo Darín no cree ser "tan famoso"
Todos saben quien es Ricardo Darín. O al menos una buena parte de los espectadores latinoamericanos. Y es que el argentino ha protagonizado cintas tan populares y alabadas por la crítica como "Nueve reinas", "El hijo de la novia" y la ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera, "El secreto de sus ojos", de Juan José Campanella, con quien ha trabajado varias veces.
Pero pese a haber alcanzado la gloria máxima en la industria de Hollywood, Darín no cree ser tan famoso. Eso fue lo que aseguró en el marco del Festival Internacional de Cine (IFF), que se realiza por estos días en Panamá. "No soy tan famoso y menos en lugares como Panamá", aseguró con aparente humildad. Y sigue, en su reflexión sobre la fama: "En Buenos Aires camino por la calle en chancletas. Voy hablando con todo el mundo, ellos me conocen y yo trato de conocerlos y se establece un acuerdo mutuo. Lo importante es cómo camina uno. Si vas por la calle rodeado de guardaespaldas convencido de que sos un ser importante que no puede caminar solo por la calle, bueno ok, atenete a las consecuencias".
Darín fue invitado al festival para presentar junto al español Luis Tosar la película de cierre del certamen, la comedia "Una pistola en cada mano", de Cesc Gay. La cinta española, que ya fue galardonada durante la V Edición de los Premios Gaudí, cuenta la historia de ocho hombres mayores de 40 años que viven una crisis de identidad. En ella, Darín interpreta a G. un cuarentón que supera la infidelidad de su mujer atragantándose en ansiolíticos. La película es un diagnóstico de cómo son los hombres de hoy en día: perdidos y confundidos buscando su propia identidad.
Pero Darín, en cambio, tiene muy claro quien es y también lo que no es. "No puedo ser un maestro. Pero para suplir esa inhibición, no paro de decir lo que siento", dice al ser consultado si le gustaría dedicarse a hacer clases de actuación.
Pese a todo el éxito que ha rodeado su carrera, el argentino no se marea. "El reconocimiento no tiene nada que ver con ser famoso. Lo importante es qué te dicta tu corazón, cuál es el camino que te gustaría seguir, aunque te equivoques. Creo muchísimo en que se aprende de las equivocaciones. Y es bueno saber que cometer un error no es el fin", sentencia.
Pero el cine no es el único escenario donde ha mostrado su talento. Con las obras "Art", y "Escenas de la vida conyugal", el actor volvió a las tablas, experiencia que califica como "vertiginosa".