La ausencia de permisos de construcción en nuestra ciudad sólo provoca riesgos e impide tener una ciudad más agradable.
Hay que desterrar esa antigua mentalidad de que había que tener la casa con la fachada más vieja posible para no tener que pagar tanto en contribuciones al Estado.
En el norte de nuestro país, ha existido un abuso de construir sin ningún tipo de permiso, amparado en que el terreno es propio, para evadir todo tipo de pagos y de esta manera eludir mayores contribuciones.
Lamentablemente esta situación trae aparejado una serie de inconvenientes y riesgos, de las cuáles no existe mucha conciencia.
En el caso de Calama, el 40 por ciento de las ampliaciones que se realizan en la ciudad no cuentan con los permisos respectivos, por lo que no existe ninguna entidad técnica que certifique su calidad y seguridad.
Es así como en el último tiempo, numerosos incendios se han originado en ampliaciones, principalmente derivadas de fallas eléctricas, al no contar con certificaciones adecuadas.
Otro problema que no es menor, se refiere a la calidad de las edificaciones y los riesgos que puedan sufrir sino existe algún tipo de cálculo estructural, e incluso a veces puede ser necesario hasta un levantamiento topográfico, para certificar de que no se vaya a hundir, como ocurrió con algunas casas en Iquique construidas en terrenos salobres; en el caso de Antofagasta muchas levantadas sobre la arena y en Calama, algunas edificadas sobre antiguas vegas.
Aquí no se trata de cobrar más o menos impuestos, se busca dar seguridad y resguardos tanto a los habitantes como a los propios moradores de las viviendas.
Hoy en día es posible, con tanta información disponible, levantar edificaciones más seguras, emplear los accesorios adecuados, calcular los riesgos y peligros. Sólo de esta manera podremos cumplir con las normativa y evitar riesgos innecesarios.
Por otro lado, este estilo de autoconstrucción en la ciudad, ha dado paso a edificaciones horrorosas y que desde el punto de vista estético y arquitectónico terminan por generar una contaminación visual que nos aleja completamente de tener una ciudad agradable. Ha llegado el momento de regular este problema que afecta a nuestra ciudad de Calama.