Niños loínos disfrutaron buscando los huevos de Pascua de Resurrección
Como es tradición el domingo de Pascua de Resurrección es celebrado por los niños con la llegada del conejito de Pascua y sus huevitos de chocolate que se esconden en los más insospechados rincones. Búsqueda que ayer comenzó muy temprano en los hogares de Calama, pero también en parques y plazas de la ciudad.
Acompañados por sus padres y hermanos, se pudo apreciar en muchos espacios públicos, cómo las niñas y niños comenzaban la búsqueda de los huevos, actividad que alegró la jornada dominical de quienes se animaron a realizarlo fuera de sus hogares.
Magaly Urrutia, junto a su pequeña Belén Rojas, se dirigieron hacia el parque Manuel Rodríguez, donde disfrutaron de la tranquilidad del domingo y aprovecharon para celebrar la Pascua de Resurrección, con la búsqueda de los huevos entre los pimientos y el césped.
"Es bonito, porque juntas hacemos algo entretenido que nos saca un poco de lo cotidiano, nos hace compartir y sobre todo disfrutar de una tradición que es algo positivo y que en el fondo es la esperanza de ver a Cristo resucitado. Es muy especial", comentó la joven dueña de casa.
Oscar Ramírez, trabajador de la minería concurrió también al parque junto a su pequeña Belén, y no sólo se animaron a buscar los huevos, sino que además asistieron a misa. "Aprovechando mi día de descanso lo quise compartir con mi hija, esconderle unos huevos, y juntos pudimos buscarlos, reírnos y comerlos para celebrar luego de la Misa de Resurrección", confesó el animado padre.
De igual forma Marcela Andrade llevó hasta la plaza 23 de Marzo a Julián, a su pequeño de 5 años, pues juntos decidieron realizar un paseo por el centro y de paso disfrutar de un paquete con este simbólico dulce de Semana Santa.
"Esto es para ellos y una en cierta forma igual lo disfruta, porque antes estas costumbres no existían, y sea como sea es una oportunidad para disfrutar, compartir, y tener una excusa para pasarlo bien y darles una alegría a los hijos", dijo Marcela Andrade cuando disfrutaba la búsqueda de los huevos de chocolate en la plaza de armas.
Así, con mucho entusiasmo, participación y creatividad, tanto de padres como de hijos, los calameños celebraron esta tradición en los más diversos puntos de la ciudad.