Tras la derrota ante Deportes Antofagasta del fin de semana pasado, el técnico Marcelo Trobbiani decidió arriesgar. Por ello, definió cambios posicionales que cambiarán en esquema del equipo, el mismo que venía utilizando desde que asumió la banca loína, en el comentado empate ante el campeón Colo Colo.

Para ello, "Mandrake" pondrá en la cancha el mismo sistema que se pudo ver en el segundo tiempo ante "los pumas", con sólo tres hombres en la línea posterior. Es decir, con Sebastián Roco por derecha, Cristián Suárez en el medio y Miguel Sanhueza marcando el costado zurdo. Y el gran damnificado será Carlos Gómez.

En definitiva, Cobreloa apela a un 3-4-1-2, con la novedad del reingreso en el equipo titular del mediocampista José Pérez.

Con ello, la zona media tendría a Cristián Gaitán por derecha -pudiendo bajar a la zona posterior y rearmar una línea de cuatro atrás-, Lima y Pérez en un doble contención y Cristaldo por izquierda, algo que se venía practicando hasta la lesión del habilidoso volante surgido en las filas de Arturo Fernández Vial.

Con Gabriel Méndez como armador y probable finiquitador de jugadas por el sector medio, quedaba la incógnita de saber quiénes serían los atacantes carrileros.

Y Trobbiani decidió dejar fuera a Álvaro López, priorizando el retorno de Ignacio Herrera desde el primer minuto junto a José Luis Jiménez en la titularidad.

Uno de los que habló tras el partido ante el CDA fue el atacante José Luis "Guachupé" Jiménez. Y afirmó que "si nos ganaran jugando mejor o dominando, seríamos los primeros en reconocerlo. Pero como se vio en este partido (el del domingo), nos creamos opciones, llegamos al arco rival y si no es por el arquero de ellos (Jorge Braun, de Antofagasta) nos habríamos quedado con un triunfo en casa y más que merecido".

"Guachupé" no piensa en que el cuadro minero tenga presión. "Estamos jugando bien y contra Antofagasta nos faltó un poco más de suerte. Vamos a ir a jugar una final a Santiago y es un partido muy motivante. Sabemos que depende de nosotros y queremos ganar, para no tener que depender de otros resultados", dijo.

Y es una expedición complicada. Hace seis años que "los zorros" no logran vencer al conjunto azul.

Llegar al campo de entrenamiento de Cobreloa conlleva saludos de jugadores, ambiente distendido y la misma tranquilidad de siempre. Salvo por un detalle. Cuando se le pide declaraciones a los futbolistas mineros prefieren traspasarse la responsabilidad y asumir que "no se puede hablar, porque es una decisión que tomamos entre todos".

El veto -el segundo del equipo en este semestre ya que tomaron la misma actitud con Jorge García como técnico del primer equipo- no sólo es una muestra de molestia injustificada y mal fundamentada, sino que hoy parece demostrar la poca consistencia dentro de un camarín envenenado por directivos que incentivan el silencio, con comentarios abiertamente confrontacionales con los medios de comunicación en sus cuentas de redes sociales.

Pero en rigor, "la ley mordaza" es defendida por algunos futbolistas pese a que otros, los que más se distinguen en la cancha por su buen rendimiento, claramente la respetan a pesar de su manifiesta contradicción con el tema.

No sólo conversan y se excusan sino que explican -y son los únicos- de dónde se genera la motivación de no hablar con los medios. Más allá de la intervención que el DT, Marcelo Trobbiani comprometió hacer en el seno del plantel para terminar con una medida "que no le conviene a nadie" según palabras del propio jefe técnico, hay futbolistas extranjeros que indican datos relevantes.

Según estos, la votación de vetar a los medios locales justificándose en la filtración del tema "incentivos" fue de 22 contra 8, siendo los argentinos -con excepción del golero Luciano Palos- quienes desestimaron la ridícula medida.

El veto es resistido por varios directivos loínos, sobre todo porque algunos jugadores ya declararon a los medios.