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EE.UU. y líderes europeos acuerdan sanciones a Rusia

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El presidente de EE.UU., Barack Obama, afirmó ayer que Rusia está a tiempo de elegir la paz en Ucrania y esquivar las sanciones, durante una conversación con la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés, François Hollande, y los primeros ministros David Cameron y Matteo Renzi, de Reino Unido e Italia, respectivamente.

En la llamada telefónica, de la que informó en primer lugar la presidencia francesa, Obama y los líderes europeos coincidieron en que "Rusia todavía puede elegir una resolución pacífica a la crisis, incluyendo mediante la implementación del acuerdo de Ginebra", indicó la Casa Blanca en un comunicado.

Al mismo tiempo, "el presidente (Obama) dijo que EE.UU. está preparado para imponer sanciones selectivas para responder a las últimas acciones de Rusia", agregó.

"Los líderes acordaron trabajar juntos de cerca, y a través del G7 y la Unión Europea (UE), para coordinar pasos adicionales para imponer costes a Rusia", subrayó la residencia presidencial.

Por otra parte, el primer ministro ucraniano en funciones, Arseni Yatseniuk, advirtió a Rusia de las consecuencias de desatar una nueva guerra mundial a causa de sus maniobras militares en la frontera con Ucrania.

"Rusia quiere empezar una Tercera Guerra Mundial", declaró Yatseniuk, y añadió que Moscú tiene "la total responsabilidad" de la agresión en territorio ucraniano, así como del debilitamiento de la seguridad internacional.

El primer ministro añadió que Kiev sigue comprometido con su promesa de dar mayor autonomía a las regiones del país mediante una reforma de la Constitución y garantizó a los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) libre acceso a todas las zonas del país.

En tanto, el Ministerio del Interior en Kiev informó que separatistas prorrusos capturaron a un grupo de observadores de la OSCE en la ciudad ucraniana de Slaviansk.

Los siete representantes de la OSCE, junto a cinco militares ucranianos y el conductor del autobús en el que se trasladaba la delegación, fueron llevados por la fuerza a la sede local del servicio secreto.