Nuevamente se registraron violentos incidentes en el torneo de preparación programado por la Asociación de Fútbol de Calama. Esta vez en el encuentro que sostenían en la tarde de ayer los equipos de la serie de honor de Tronador y Empuba, el que fue dirigido por el árbitro oficial Valentín Gutiérrez, quien fue víctima de agresión.
En lugar de evangelizar con la alegría de la resurrección, adoctrinamos con dureza.
La religión suele atraer a las personas de carácter ansioso. Los temerosos esperan encontrar en ella un refugio contra los vaivenes de la fortuna y las ironías de la historia. Tal vez ellos quieran hallar en sus ritos y rezos un mecanismo para manipular todo lo que es, por naturaleza, incontrolable.
Sin embargo, el afán de controlar las cosas es una aberración entre los seguidores de Jesús. La ambición del poder es incompatible con el Reino de Dios. El Señor saluda con la paz, mostrando las marcas de los clavos y la herida en su costado. Vivir en la paz del Resucitado quiere decir dejarse crucificar sin temor, poner la otra mejilla y alegrarse en la persecución.
En aquellos días, debido a las obras de los apóstoles, crecía rápidamente el número de hombres y mujeres que se adherían al Señor. En estos días, muchos abandonan, y me pregunto por qué. Los apóstoles evangelizaban con obras de misericordia. Los signos y prodigios consistían en sanación de enfermos y expulsión de demonios. Anunciaban una Buena Noticia de paz, que Jesús murió y resucitó para la salvación de los perdidos, porque así es el amor de Dios.
¿Qué se hace para evangelizar, hoy? ¿Dónde están los signos y prodigios? ¿Dónde quedaron las obras de misericordia? Los niños se mueren de malaria, y gastamos millones en la guerra, porque curar enfermos no es negocio. Miles se mueren desnutridos, y diseñamos nueva tecnología para quemar la comida en los estanques de combustible. ¿Dónde está la palabra precisa y el gesto oportuno para el marginado, el desamparado y el forastero?
Tenemos los recursos para vivir en la compasión del Resucitado, pero escogimos la ansiosa militancia de normas, finuras y formalidades. En vez de servir a los más pobres, les imponemos exigencias y requisitos.
Los prodigios de salvación convocan. El discurso actual margina, en especial, a los preferidos de Jesús. Según los que se creen administradores de la gracia divina, esa gente no se merece el amor de Dios. Nuestra bienvenida al banquete es un sermón estridente que enjuicia al hermano, en vez de convencerle de que Dios le ama. Deshonramos el nombre de Jesús cuando marginamos al pecador, cuando le juzgamos en vez de invitarle al perdón.
Scotland Yard se negó tajantemente a confirmar o desmentir que el sobrino de la Reina Isabel II de Inglaterra corriera el peligro de ser secuestrado. El dominical londinense Sunday Telegraph afirmó esta mañana que el hampa londinense quería secuestrar a Lord Linnley, hijo de la princesa Margarita y Lord Scowdon.
Se debe invertir para asegurar una atención médica digna a los calameños, quienes están en la indefensión.
No hay que olvidar que al actual hospital fue reacondiconado en algunas áreas para que resistiera hasta el funcionamiento del nuevo.
Algunos parlamentarios calificaron la situación que actualmente vive el Hospital Carlos Cisternas, como una verdadera "bomba de tiempo" en alusión a que en cualquier momento puede desatarse una debacle sanitaria. Están preocupados y por ello han acelerado a las autoridades regionales y a las de salud para que vean soluciones rápidas a un problema creciente.
Valoraron la composición de una mesa comunal que ya empezó a trabajar en busca de soluciones a los problemas, pero creen que se requiere de fondos urgentes para salir de la difícil situación.
El temor es entendible porque los propios médicos del recinto lo han expresado en reiteradas ocasiones que hay falencias que hacen muy difícil cumplir su labor. Gran parte de las instalaciones están colapsadas, el equipamiento mayor está obsoleto y los servicios básicos, como el sistema de calderería, en riesgo de fallas. A ello se suman la falta de especialistas que hace que las labores se dificulten cuando deben atender una emergencia mayor y se vean obligados a derivar a los pacientes a Antofagasta. Por esta razón, no se puede esperar más y el Ministerio de Salud tiene que entregar los recursos que sean necesarios para optimizar la atención hospitalaria de Calama. A sabiendas que el nuevo hospital no estará listo en al menos cuatro años, por lo tanto, se requiere que las actuales instalaciones resistan los requerimientos locales en ese período.
No hay que olvidar que al actual hospital fue reacondiconado en algunas áreas para que resistiera hasta el funcionamiento del nuevo. Plazo que ya expiró y que explica las actuales condiciones del Carlos Cisternas.
Resulta increíble la cadena de errores que hubo en el área de salud para que hoy se tenga a la población calameña en esta indefensión médica.
Esto obliga a que no haya tiempo para estudios, conversaciones y análisis, porque se debe actuar con rapidez.
Por supuesto que aquí la solución es una sola y es destinar los recursos necesarios para garantizar una atención médica digna a los habitantes de Calama.
Como un descuido de parte de la administración de la División Chuquicamata, calificó el presidente del Sindicato de Supervisores Héctor Lagos Fuentes, el hecho que los profesionales durante dos años no han tenido ningún incremento en sus remuneraciones, mientras que en el mercado han aumentado un 53%.