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La Unión Europea y la ONU piden esclarecer muertes en Ucrania

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La Unión Europea y Naciones Unidas pidieron ayer que se abra una investigación independiente y veraz para esclarecer la muerte de 46 personas en la localidad ucraniana de Odessa. En los fuertes enfrentamientos callejeros del viernes entre activistas prorrusos y seguidores del Gobierno de transición ucraniano en la ciudad portuaria de Odessa murieron 46 personas, según la Fiscalía general ucraniana.

Las autoridades decretaron tres días de luto por las víctimas, producidas cuando un grupo de manifestantes corrió a resguardarse en una sede sindical y fue atrapado por un incendio.

La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, dijo que "las circunstancias que llevaron a la trágica pérdida de vidas humanas debe ahora ser objeto de una investigación independiente y sus responsables puestos en manos de la justicia". A través de un comunicado citado por la agencia EFE, Ashton instó a todas las partes a ejercer "la máxima contención" y a "abstenerse de explotar la tragedia para alimentar más el odio, la división y la violencia sin sentido".

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reclamó ayer una "investigación rápida" sobre las víctimas de Odessa y reiteró su llamado al diálogo para resolver el conflicto en el país. En un comunicado de la ONU, Ban dijo que "la única salida a la crisis es una solución política y diplomática". También subrayó la necesidad de que se respete "completamente la unidad, soberanía e integridad territorial de Ucrania".

El Presidente interino de Ucrania, Alexander Turchinov, aseguró ayer que la tragedia ocurrió probablemente "por una provocación extranjera".

Las milicias prorrusas que han tomado posiciones en el este de Ucrania liberaron ayer a los siete inspectores militares europeos de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) y a cuatro personeros ucranianos secuestrados por supuestamente "espiar" para la OTAN.

El desenlace con la salida de los inspectores fue posible gracias a la mediación del diplomático ruso Vladimir Lukín, enviado especial del Presidente Vladimir Putin, aunque se desconocen los detalles de la operación.

El Mandatario ruso había criticado la llegada de incógnito al este de Ucrania de los inspectores adscritos a la OSCE, pero prometió hacer "todo lo posible" para lograr la liberación de los rehenes.

El coronel Axel Schneider, líder del grupo de inspectores, dijo en conferencia de prensa que la liberación del grupo es "una gran alegría" y "un gran alivio".

Los observadores de la OSCE retenidos desde hace más de una semana por rebeldes separatistas de Slaviansk fueron liberados ayer, en plena operación militar del Ejército ucraniano en esta zona del este del país, escenario de una rebelión armada prorrusa.

Las tropas ucranianas han mostrado en los últimos días un importante avance y ayer estaban a punto de retomar el control sobre Kramatorsk, tras expulsar a los milicianos prorrusos de varios edificios oficiales en la ciudad, uno de los bastiones insurgentes en la región de Donetsk.

Un vocero de los separatistas prorrusos informó ayer de la muerte de 11 civiles y cuatro hombres armados en la ciudad de Slaviansk, en el este de Ucrania, en la que el Ejército de Ucrania comenzó el viernes la ofensiva.

Según la agencia rusa Itar-Tass, los separatistas leales a Rusia aseguran que grupos de militantes ultranacionalistas dispararon contra civiles desarmados para proteger a las tropas de Kiev.

El Gobierno de Rusia pidió ayer a Estados Unidos que ejerza "una mayor presión" sobre el Gobierno ucraniano para poner fin a la ofensiva en el este del país. "La ofensiva precipita a Ucrania a un fraticidio", dijo el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, en una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, John Kerry. A su vez, el propio Kerry llamó a la administración de Vladimir Putin a suspender su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania y que ayude a expulsar a los que ocupan varios edificios del Gobierno.

Iglesia apela al "bien superior del niño"

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El bien del niño debe ser "prioritario" en cualquier decisión que tome la Iglesia Católica. Esa es la máxima con que El Vaticano, según la Comisión para la Protección de los Menores, creada por el Papa Francisco, asumirá cualquier decisión ligada a abusos sexuales.

La Santa Sede destacó que la instancia desarrollará protocolos "claros y efectivos" para hacer que los obispos y otras autoridades eclesiásticas rindan cuentas si no denuncian supuestos abusos contra menores. También destacó la importancia de la "educación" del clero para que tome mejor conciencia de estos crímenes y pidió "reglas universales" para su tratamiento interno.

El cardenal Sean O'Malley, arzobispo de Boston y miembro de la comisión -que sesionó por primera vez esta semana para debatir su trabajo y sus miembros futuros- dijo que las leyes actuales de la Iglesia pueden responsabilizar a los obispos si no protegen a los niños, pero agregó que dichas leyes no han sido suficientes hasta ahora y que se necesitan "nuevos protocolos".

La irlandesa Marie Collins, miembro del comité y víctima de abuso sexual, dijo que salió de la reunión inaugural de la comisión "esperanzada", ya que el asunto de las "responsabilidades" se trató inmediatamente.

Definición El Papa Francisco anunció la creación de la comisión en marzo. Esta semana abrió sus sesiones.

Protocolos El cardenal de Boston dijo que se necesitan nuevos protocolos en las leyes de la Iglesia sobre temas de abusos.