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La historia de las feromonas

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Un estudio realizado por científicos de la Academia China de las Ciencias afirma que el cuerpo humano produce señales químicas que informan del género a las personas que se sienten atraídas por él.

Las hormonas poseen ingredientes activos de acuerdo al sexo de la persona. En los hombres se conoce como androstadienona, mientras que en las mujeres se denomina estratetraenol. Estas sustancias influyen en la percepción del movimiento corporal de los demás y ayudan a identificar a qué género pertenecen.

Lo novedoso del estudio, publicado en la última edición de la revista Current Biology, "es que las feromonas humanas informan sobre la masculinidad o femineidad de la persona que las secreta dependiendo del género y la orientación sexual de quien las detecta", explicó Wen Zhou, científica de la Academia China de las Ciencias e investigadora principal del trabajo, en declaraciones a la agencia Sinc.

Anteriormente ya se había demostrado que la androstadienona, que se encuentra en el semen y axilas del hombre, promueve el buen humor de las mujeres en comparación con los varones. Similar efecto tiene el estratetraenol, el cual se encuentra en la orina femenina.

"Nuestros hallazgos defienden la existencia de estas feromonas sexuales. Demostramos que la nariz puede detectar el género de una persona mediante sus secreciones corporales, incluso cuando creemos que no olemos nada de forma consciente" enfatizó Zhou.

La prueba consistió en organizar cuatro grupos de 24 individuos no fumadores y sanos, clasificados según sexo y condición sexual. La herramienta utilizada ("point-light walkers"), consistió en una pantalla donde aparecen 15 puntos de luz que representan las 12 articulaciones principales de una persona, más la pelvis, el tórax y la cabeza. El análisis fue identificar si el movimiento de las figuras digitales pertenecía a hombres o a mujeres.

Cada grupo fue expuesto a soluciones que contenían androstadienona y estrateanol. Los resultados arrojaron que la solución de la hormona contenida en los fluidos masculinos atraía a las mujeres heterosexuales, mientras que la sustancia femenina hacía el mismo efecto en los hombres heterosexuales.

Los investigadores también descubrieron que los hombres homosexuales tenían la misma reacción que las mujeres heterosexuales. Sin embargo, y contrario a lo que se esperaba, la respuesta de las mujeres bisexuales u homosexuales no tuvieron ningún efecto significativo.

La investigadora cree que este resultado probablemente se deba a que la orientación sexual de este grupo sea más ambigua que la del resto de participantes, lo que producía una modificación del 8% en la percepción del género.

"Los resultados proporcionan la primera evidencia directa de que ambas feromonas comunican información sobre género. Y además, demuestran que la percepción visual del género se basa en señales biológicas quimiosensoriales subconscientes, un efecto que hasta ahora era desconocido", concluyó Zhou.

Hasta ahora se sabía que los animales detectan las feromonas mediante el órgano vomeronasal y transmiten la información recogida directamente al cerebro. En cambio, se ponía en duda que esto ocurriera en humanos, ya que se creía que este desapareció a lo largo de su evolución, por lo que algunos científicos niegan la existencia de feromonas humanas.

Sin embargo, continúan los estudios acerca de los efectos de las feromonas y cómo influye el olor de las personas en la vida sexual. Wen Zhou ya ha realizado otras investigaciones acerca de la relación entre el olfato y ciertos rasgos psicológicos del ser humano.

Desde los años 70 que se creía que estas sustancias secretadas por los animales eran utilizadas tanto para fines de reproducción como para defenderse de sus depredadores. En 1986, Winnifred Cutler encabezó una investigación sobre la existencia de las feromonas en los seres humanos y su predisposición para la vida sexual y afectiva. Actualmente se fabrican perfumes que contienen estas feromonas y se pueden encontrar en tiendas especializadas y algunas farmacias.