Buscando la armonía y la paz, lograremos que nuestra ciudad sea más amable para todos.
En el mundo en que vivimos escuchamos cada día que hay más denuncias de violencia, maltrato físico, verbal, psicológico, pisoteo a la dignidad causando muertes, daño en el cuerpo, mente y a los sentimientos del que los recibe. A veces discriminamos al niño, mujer, al anciano, discapacitado, desempleado, porque es pobre, al afuerino, extranjero, al de otra raza, o por pensar distinto a nosotros. Reflexionemos cuantas veces, nosotros hemos sido discriminados en la escuela, trabajo, calle, instituciones y cómo nos sentimos.
La violencia que más vemos y que se denuncia en el norte, es la que generalmente sucede a las mujeres que son agredidas por sus parejas, cuando regresan a casa en evidente estado de ebriedad. Desde pequeña recuerdo que las esposas de los mineros sufrían, porque sus esposos salían directo del trabajo a bares -hoy shoperias- a tomarse un metro de cerveza - hoy una jirafa- para limpiar el polvo de los pulmones que produce la silicosis, gastándose el dinero. Era común ver a las vecinas con moretones y ojos negros, buscando hojas de la planta "espuela de galán" que ayudaba a curar los golpes. Como las casas eran de latas escuchábamos en las noches los ruidos vecinales cuando estábamos durmiendo. El vecino regresaba gritando, insultando a todos; sus hijos, y nosotros niños esperábamos que no pateara la puerta, ni menos humillara a su esposa, ni le pegara delante de sus pequeños. Quizás nunca escucharon al poeta que escribió y aprendimos en la escuela "No hieras a la mujer, ni con el pétalo de una rosa"
"El maltrato es maltrato, la violencia es violencia con independencia de quien las practique" Algunos culpan a su mal genio, otros a que los jóvenes usan drogas, toman alcohol, tienen frustraciones en la vida, en el trabajo. Muchos repiten lo que vieron hacer a su padre, llegándose a convertir en objeto de descargo de otros problemas personales no resueltos.
Todos tenemos derecho a defendernos y ser protegido contra el maltrato. Hagamos nuestro entorno más agradable. Cambiemos la cultura de la violencia por la cultura de la paz, donde haya dialogo, comprensión y aceptación.