Secciones

Hipoacusia en niños

E-mail Compartir

Un problema auditivo que obligó a un compañero de clase a abandonar sus estudios en la adolescencia inspiró a un grupo de jóvenes argentinos, estudiantes de ingeniería, para crear una aplicación que permite convertir los teléfonos móviles en audífonos digitales.

A sus 23 años, Ezequiel Escobar, uno de los cuatro programadores que participó en el proyecto, no podía imaginar que el trabajo que empezó como un intento de ayudar a personas con problemas auditivos se convirtiera en un producto demandado por miles de afectados por hipoacusia.

La idea, explicó Escobar, surgió "a partir de un compañero, Ariel, que tuvo problemas auditivos y tuvo que dejar los estudios e irse a un instituto especial".

Un año han tardado los cuatro jóvenes en desarrollar "uSound", una aplicación que permite configurar el teléfono móvil para que actúe como un audífono digital y que se puede emplear también en auriculares utilizados en computadores.

A los pocos días de colgar la aplicación en la tienda de Google, han conseguido cerca de tres mil descargas, entre ellas un 30% en EE.UU. y un 15% en España, países en los quieren instalar la pequeña empresa que construyeron.

"Sólo uno de cada 40 personas que sufren hipoacusia -dificultades para oír- pueden acceder a un audífono", señaló Escobar, ya que los aparatos de mayor calidad pueden costar entre US$ 2.000 y US$ 5.000, frente a la suscripción anual de US$ 30 para su proyecto.

Con "uSound" se puede realizar una radiometría para conocer el nivel de deficiencia acústica del usuario y, a través de una conexión Bluetooth, modificar el volumen de auriculares y todos los aparatos que puedan conectarse con el teléfono.

En los últimos seis meses de desarrollo, el equipo recibió asesoría de diversas instituciones médicas y realizó 200 ensayos en pacientes de Buenos Aires, apuntó Escobar.

Para el desarrollo de la aplicación, los jóvenes ingenieros recibieron la ayuda de Wayra, una "incubadora de proyectos" de Telefónica que les asesoró sobre cómo enfocar su iniciativa y sobre las técnicas de venta para promocionar el programa.

"Sabíamos que si nos quedábamos en Jujuy (ciudad del norte argentino) y nos limitábamos a colgarlo en la tienda de Google no lo iba a comprar nadie. Wayra nos ayudó a conseguir contactos y pasar de un grupo de estudiantes a una empresa", resaltó Escobar.

Uno de los planes que pusieron en marcha para dar a conocer su aplicación con el asesoramiento de la incubadora es el "uSound 1 por 1", por el cual donarán una suscripción por cada venta.

"Cada usuario podrá elegir una zona en la que haya personas con hipoacusia y donar allí una copia del programa", detalló Escobar.

Para controlar que la aplicación llegue a personas necesitadas, el grupo de desarrolladores se contactó con organizaciones sociales que puedan distribuirla, y tienen una lista de espera a la que se pueden apuntar los interesados en la aplicación que no tengan suficientes recursos para pagar la suscripción.

Su objetivo inicial es conseguir seis mil usuarios de pago antes de final de año, y aprovechar "los seis u ocho meses que puede tardar otra empresa en investigar y diseñar otro programa igual" para posicionar su empresa dentro del mercado.

Por el momento está disponible para Android, aunque esperan habilitarlo para otros sistemas operativos para final de año, un paso que necesitan cumplir antes de poder desembarcar en EE.UU. o Europa.

Si tienen éxito, su siguiente reto será investigar cómo los teléfonos móviles pueden ayudar a personas con deficiencias visuales.

"Creemos que es importante ver cómo podemos mejorar la calidad de vida de las personas, y, si es rentable, mejor para todos, ya que podremos seguir investigando", concluyó Escobar.

Una investigación realizada por el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, en España, sostiene que las personas que consumen productos lácteos descremados de manera habitual presentan mejores parámetros de salud cardiovascular que aquellas que toman lácteos enteros.

El estudio, publicado en la revista científica Nutrition Journal, analizó a 265 pacientes del Centro de Salud La Alamedilla de dicha ciudad, quienes fueron sometidos a dos pruebas. La primera fue en la carótida, arteria del cuello que lleva la sangre a la cabeza. La segunda fue la velocidad de onda de pulso, que mide la rigidez arterial.

Además de las mediciones, los pacientes respondieron a un cuestionario sobre la frecuencia de consumo de alimentos para distinguir a quiénes ingerían leche, quesos, yogures y otros lácteos, ya fueran desnatados o enteros.

Al eliminar las grasas, los lácteos desnatados contribuirían a tener un menor riesgo cardiovascular, algo que no se había demostrado. "Hasta ahora se había estudiado la asociación entre el consumo de lácteos y los malos resultados en estos parámetros cardiovasculares, pero no se había diferenciado entre los productos enteros y desnatados", afirmó a la agencia DiCYT José Ignacio Recio, investigador a cargo del estudio.

La pérdida de audición, en especial la hipoacusia sensorioneuronal, está presente en uno a dos de cada mil recién nacidos vivos. según estadísticas de la Superintendencia de Salud. Los especialistas recomiendan la detección temprana de esta enfermedad para un mejor pronóstico, sobre todo si los lactantes permanecen en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), situación considerada como un factor de riesgo que puede causar hipoacusia.

El miedo a vivir en la altura predispone a tener problemas a quienes visitan lugares como la ciudad de La Paz, situada a 3.600 metros sobre el nivel del mar, según un estudio publicado en Bolivia por los médicos Enrique Vargas y Gérard Parent. La latitud, las condiciones meteorológicas y otras peculiaridades de cada región también influyen en las reacciones de cada cuerpo. "Es necesario buscar una fuente adecuada de información que le permita obtener la confianza y tranquilidad necesarias que eviten la psicosis que produce el miedo infundado", indican los médicos.

Un grupo de pacientes recuperó parcialmente la visión tras el implante de un chip que emula la función de la retina. Así lo revelaron los encargados de su desarrollo, la sociedad francesa Pixium Vision, quienes llevaron con éxito la operación. Este tratamiento se compone de una pequeña cámara instalada en unos lentes que capturan señales visuales y de un chip que, dividido en dos partes, convierte esas imágenes en señales eléctricas que estimulan las neuronas y crean imágenes en el cerebro.