Tras cinco décadas de permanecer unidos por el amor, la tolerancia y la comprensión, Silvia Rebeca Cortés Cortés y Armando Exequiel Casanga Casanga, decidieron renovar los votos matrimoniales en la catedral San Juan Bautista de Calama el pasado fin de semana, al igual como aconteció en 1964 cuando llegaron en búsqueda de concretar el sueño americano en esta tierra desértica, pero generosa con los hombres y mujeres de trabajo.
A diferencia de aquella época en la actualidad, esta pareja compartió la alegría de contraer nupcias por segunda vez, con sus hijos, María Teresa, Débora, Armando, Silvia, Carlos, Carola y Jorge, además de sus once nietos y ocho bisnietos.
Para Silvia Rebeca este momento mágico resultó ser muy gratificante, lleno de alegrías y recuerdos imborrables, que le permitió dar a conocer la receta a otros matrimonios de cómo esta pareja se mantiene unida en el tiempo.
Estos son los ingredientes: 'Con harta azúcar y bien sazonada, además de mucha paciencia'.
Reconoció que 'llegamos por una aventura y nos quedamos, al igual que otras familias procedente de la Cuarta Región, ya que el monseñor Orozimbo Fuenzalida, el primer obispo de Calama, los ayudó para que mi esposo ingresara a trabajar a Codelco'.
Familia católica, manifestó que 'llegamos juntos con el padre Enrique Olive, que por estos días está de vacaciones en España. No nos hemos separado nunca y ojalá que nuestros hijos, nietos y bisnietos sigan este ejemplo'.
Para Armando Exequiel, con 76 años de vida, las cartas estaban echadas, ya que se conocieron cuando él tenía 12 años y ella seis años menor en la localidad de Monte Patria en la Cuarta Región.
'Las cosas pasan y nada más' y, después reflexionó que 'hay que tener paciencia y comprensión, ya que todos tenemos altos y bajos en la vida. Nos encontramos y somos de la misma zona de la provincia de Limarí. Ahora queremos mantenernos unidos, tanto nosotros dos como los hijos y los nietos y bisnietos, que están con nosotros y aquellos que vengan en el futuro'.