Un grave problema afecta a los agricultores por la falta de poder comprador para la alfalfa que cultivan en aproximadamente en 800 hectáreas. Según los agricultores en el valle se cultivan 1.100 hectáreas y que por falta de mercado quedan en poder de los propios agricultores la mitad de la producción.
Para este fin de semana se esperan condiciones meteorológicas con fuertes vientos y posibles lluvias en la región. De esta manera comenzamos a adentrarnos en el invierno y para ello comenzar a preparar la zona, considerando que no reunimos las condiciones para enfrentar exceso de precipitaciones o temporales.
De allí, que es esencial que los organismos de emergencias, vialidad y municipios comiencen tempranamente a vislumbrar situaciones que se puedan corregir tempranamente que no afecten el normal funcionamiento de la zona.
Es importante inspeccionar los caminos, ver las condiciones de los colegios, revisar los alcantarillados, vigilar los caudales de agua, alertar a los pobladores que viven en condiciones deficientes o entregar ayuda tempranamente y no cuando surjan los daños.
Creemos que hay muchas situaciones que se pueden corregir si actuamos a tiempo y así evitar damnificados, junto con tener equipos especializados que puedan intervenir oportunamente ante una emergencia.
Hay que considerar que numerosos sectores de la provincia de El Loa no están en condiciones de soportar lluvias intensas o fuertes vientos, aunque sí bajas temperaturas que es lo habitual todos los años en esta época.
Las mayores preocupaciones son las lluvias y las fuertes nevazones en las cordillera que terminan afectando principalmente la red vial y generando aluviones en algunos sectores poblados.
Si bien es cierto que las precipitaciones no son prolongadas en la zona, basta que llueva un par de días para provocar estragos, por lo que es necesario revisar canales, ductos, alcantarillas, junto con limpieza de calles, para evitar inundaciones o que las aguas afecten a las viviendas.
Si actuamos en conjunto autoridades y pobladores, podremos reducir al mínimo los riesgos y podremos conocer los reales problemas a que nos enfrentamos. De esta manera sabremos a qué atenernos en caso de situaciones que escapen de nuestras manos y sortear sin mayores inconvenientes las dificultades.
Ximena Ruz Espejo
Gracias a una iniciativa público-privada hemos visto con satisfacción cómo los neumáticos urbanos fuera de uso (NFU), que iban a parar a basurales y vertederos ilegales se han transformado en la materia prima de una innovadora industria que ha recolectado más de un millón y medio de ellos y ha generado la eliminación de 40 vertederos clandestinos.
Hacia el 2008, se generaban en Chile cerca de tres millones de NFU, lo que equivalía a unas 42.000 toneladas de residuos de compleja manipulación, de los cuales solo se recolectaba un 5%.
Es importante mencionar que el trabajo fue arduo y que bajo compromisos voluntarios se entregaron 6000 toneladas anuales de NFU a esta planta. Esto significó un desafío inédito para el país, estableciendo un sistema de recolección transversal, sin experiencia previa y sin regulaciones específicas, que nos permitieran vislumbrar el resultado final.
Se estima que el volumen de NFU en Chile, al día de hoy, alcanza las 50.000 toneladas anuales y sólo el 23% se recicla. Al considerar los OTR (neumáticos fuera de carretera por su sigla en inglés), entre los que se incluye la industria minera, aumentamos en 32 mil toneladas las que se apilan principalmente en el norte del país sin un manejo sustentable.
Esperamos que en la actividad minera y a corto plazo exista un avance en el manejo de los NFU. Hemos percibido cierta preocupación e interés por distintas alternativas tecnológicas para el manejo de éstos, pero en una etapa muy incipiente. Nuestra tarea será incentivar la innovación para favorecer el desarrollo de los gestores y valorizadores de modo de asegurar el desarrollo sustentable y competitivo de los distintos actores del sector.
Con la próxima Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), esto se hará efectivo, permitiendo el manejo adecuado de los neumáticos en todo su ciclo de vida: fabricación, consumo y reciclado, y así disminuir radicalmente los pasivos ambientales.
La idea en definitiva será que todos, públicos y privados, asumamos compromisos que apunten a reducir la generación de NFU a través del aumento de su vida útil, potenciar la investigación para nuevos procesos y aplicaciones.