Multiplicar
Arturo Mardones Segura,
Es impresionante contemplar las diversas necesidades que tienen los seres humanos. Desde comer hasta jugar. Pero es importante detenerse en las necesidades más profundas. Hay quienes necesitan estímulo para continuar con sus trabajos o motivación para emprender tareas nuevas. Otros necesitan ser valorados como personas y ser tratados con dignidad.
Otros, muchos, necesitan relacionarse con amor y con bondad con sus semejantes. Las necesidades humanas son inmensas, numerosas, urgentes. La pregunta clave es: ¿Cómo lograr satisfacer esas necesidades? ¿Qué hacer ante ellas?
No basta lamentarse o encogerse de hombros. No basta comprender lo que los otros necesitan. No basta sentir compasión. Lo importante es saber qué hacer concretamente. Y es posible que la experiencia de Jesús en este sentido nos puede iluminar. En una ocasión mucha gente seguía a Jesús porque estaba entusiasmada con sus palabras. Tanto que se olvidó de llevar comida y estaba fatigada por el hambre.
¿Qué hizo Jesús? Había allí un joven que tenía cinco panes y dos peces. Onerosamente los entregó. Y Jesús los tomó y los multiplicó para que comieran. ¡Admirable respuesta! ¡Ingeniosa solución! ¡Todo un desafío y una tarea para nosotros!
Hoy es necesario multiplicar servicios, multiplicar soluciones, multiplicar los panes con que se alimentan multitudes. No basta con ganarse el propio pan haciendo sudar la frente. Nuestro sentido social y el testimonio de Jesús nos hace poner los ojos más allá de nuestras necesidades y mirar a quienes caminan con hambre por la vida, a quienes están solos o se sienten tristes. Ahí está el desafío urgente. ¿Qué hacer?
La sociedad nos induce a preocuparnos sólo de nosotros mismos. Por eso, al menos para quienes nos declaramos rotarios, el llamado es a ser sensible a las necesidades de nuestros hermanos , a tomar iniciativas concretas, a ser creativos y audaces.
'Multiplicar' es el verbo que hoy nos quieren hacer pronunciar los rotarios de esta tierra de 'Sol y Cobre'.