Muchas dudas existen dentro de las comunidades escolares de la ciudad, respecto a los alcances que tendría en Calama la reforma educacional que está impulsando el actual gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, sobre todo el proyecto que eliminará el copago, haciendo que los recintos educativos subvencionados deban convertirse en corporaciones educacionales sin fines de lucro o pasen a ser administrados por el Estado, y los sostenedores calameños concuerdan que los cambios anunciados no mejorarán la calidad de la educación en Chile.
Esto causará que instituciones emblemáticas de la comuna como el Instituto Obispo Silva Lezaeta, el Colegio Juan Pablo II, el Colegio Guadalupe de Ayquina o el Colegio Ejército de Salvación tengan que definir en los próximos años cual será el camino que tomarán para continuar con sus proyecto educativo, tratando de no perder el número de matrículas de alumnos con la que cuenta actualmente.
Hoy en día los colegio subvencionados subsisten gracias al copago, con aportes que entrega el Estado y con el financiamiento de las familias, el cual no puede ser superior a los 84 mil pesos, tope que estipula la ley.
El proyecto de ley que actualmente se discute en el Congreso, entrega un plazo de diez años, para que todos los colegios que reciben subvención del Estado no cobren mensualidades o cuotas a las familias o apoderados. Durante ese periodo, los recursos que aporta el estado irán aumentando, a través de la ampliación de la Subvención Escolar Preferencial (SEP) a la clase media y la creación de una subvención de gratuidad para los alumnos de extrema vulnerabilidad.
Iglesia Católica
El Obispado de Calama, sostenedores del Instituto Obispo Silva Lezaeta y del Colegio Juan Pablo II, ve con esperanza la reforma educacional, considerando necesario este cambio.
La Iglesia Católica explica que siempre ha ofrecido a la comunidad calameña un proyecto educativo que permita a los alumnos construir un proyecto de vida profundo, en donde sus inquietudes puedan ser recogidas y abordadas.
Claudio Olivares, encargado de la Vicaria de la Educación del Obispado de Calama aclaró que comparten la idea de poner fin al el copago y que la gratuidad ratifica la opción de la Iglesia por los más pobres, pero que el tema es cómo se hace para que la medida no produzca efectos no deseados.
'Hace una semana nos reunimos todos los vicarios encargados del área de educación a nivel nacional para analizar la tarea y la misión que tenemos por delante con todos estos cambios. En primer lugar como Iglesia creemos que todos los procesos de reformas son buenos, porque los cambios siempre van a favor de las minorías o de quienes los necesitan y esta reforma educacional va en esa línea para trabajar la equidad, la igualdad la solidaridad, valores universales que la Iglesia Católica deben fomentar siempre', explicó Olivares.
El encargado de la Vicaría de la Educación del Obispado de Calama también planteó que también existe preocupación por algunos temas que no están claros como el proceso de selección de los alumnos, como trabajaran las nuevas administraciones, como se verán afectados los proyectos educativos católicos y la compra, comodato y convenio de los inmuebles que ocupan estos establecimientos educacionales.
Olivares agregó que 'La gran preocupación es el sentido fundamental de la reforma a la educación, siento que hay muchas cosas pululando por el aire respecto al tema, pero no se hablado acerca de la reforma educacional del ser humano, de entrar en esta perspectiva del ser integral, algo de lo que no se ha hablado nada, sólo se habla de los accesorios'.
Visión Evangélica
La visión de la iglesia evangélica y sus diferentes credos religiosos, quienes también son sostenedores de algunos colegios subvencionados de Calama, comparten la opinión entregada por los católicos, al señalar que la reforma educacional no ataca el problema de fondo que es la calidad de está.
Gloria Cadillo, sostenedora del Colegio Ejército de Salvación de Calama, expresó que 'todo lo que se está anunciado respecto a la reforma educacional no apunta directamente a la educación de calidad, sólo se están preocupando de la parte administrativa como el tema del lucro y el fin al copago, algo que no va a mejorar la educación chilena'.
Específicamente al ser esta institución una fundación educativa sin fines de lucro, no se verá tan afectada por el fin del copago como otros recintos escolares de Calama. Pero Cadillo tienen muchas dudas respecto a que el Estado pueda absorber todos estos gastaos y que además pueda entregar una buena educación.
'Creo que esta reforma va a afectar a la educación chilena, no va ser algo tan positivo como las autoridades creían que iba a ser, por lo apresurado que fue hecha', explicó la sostenedora del Colegio Ejército de Salvación de Calama.
Fide
La Federación de Instituciones de Educación (Fide), entidad que agrupa a los colegios subvencionados de Chile también tiene un punto de vista muy similar a los organismos anteriores, señalando que los proyectos que se enviaron al Congreso no apuntan o no garantizaran la calidad de la educación en el país, porque con o sin copago, con o sin selección esa premisa no estará garantizada.
María Teresa Carvajal, presidenta provincial de la Fide y directora del Colegio Montessori de Calama, puntualizó que 'difícilmente podemos expresar alguna idea u opinión respecto al tema porque todavía no están claros los lineamientos y seguimos a la espera que el gobierno se defina. Hemos escuchado cosas muy positivas y otras muy negativas, pero no podemos tener una postura clara si no contamos con toda la información sobre la mesa'.
Para discutir precisamente este tema, la Fide a nivel nacional realizará un Congreso de Educación que se desarrollará entre el 12 y el 14 de junio en la ciudad de Pucón y se debatirá el tema.
'Como Iglesia creemos que todos los procesos de reformas son buenos, porque los cambios siempre van a favor de las minorías o de quienes los necesitan '.