Hemos recibido la visita de la ministra de Cultura Claudia Barattini Contreras y agradecemos su arribo hasta Calama, sin embargo esperamos que las próximas visitas sean no en el plano de cortesía, sino más bien con un plan de trabajo y compromisos concretos para nuestra ciudad. No obstante, aprovechamos la ocasión para solicitarle dos hechos que nos parecen relevantes para construir la Calama Patrimonial que todos queremos.

El primero de ellos, tiene que ver con sustentar ciertos elementos que son nuestros, es por ello, que le hemos pedido a la máxima autoridad de la cultura que nos ayude desde la institucionalidad del Gobierno a recuperar el hombre de cobre calameño, que hoy está en un lugar que para nosotros nos ofende y nos defrauda como lo es Nueva York en Estados Unidos, lejos de la realidad de Chile y particularmente de Calama. Esperamos que la ministra desde el Estado haga las gestiones y, por supuesto, se nos construya la infraestructura para recibir esta reliquia que habla de la historia de este Norte, de Calama.

Mientras que lo segundo, es solicitar a la ministra que desde su investidura nos propicie la idea de proteger el oasis de Calama, que se busque la figura legal para declarar a la Tierra de Sol y Cobre como un Oasis Altiplánico Protegido para evitar su devastación.

Estos son hitos que hablan de cómo queremos fundar o refundar Calama desde sus cimientos, desde el patrimonio, desde la cultura. Logrando que estas peticiones se concreten le daremos con más fuerza ese cariño, afecto, cercanía y sentido de pertenencia que se requiere hoy en Calama, porque nos va a permitir proyectar el futuro y dar todas las luchas necesarias para recibir el trato especial que tanto anhelamos.

Y es que no debemos dejar ningún frente de lado desde la construcción de obras, la salud, educación, el capital humano, lo comunitario, social y por supuesto desde la cultura. No podemos olvidar que éste factor es el que sintoniza a los pueblos con su historia y hace coherente su espíritu de lucha presente y futuro. Hoy nos encontramos reclamando lo que por derecho nos pertenece y nos ha pertenecido siempre, recursos del cobre que se extrae de las entrañas de nuestra tierra.

En nuestra sociedad, la lucha no sólo está orientada a terminar con la obesidad, sino que también a erradicar todo tipo de trastornos alimenticios graves, que pueden ser por exceso de alimentación como por falta de ella o de productos esenciales para la vida.

El reciente estudio realizado por la Corporación Municipal de Desarrollo de Calama realizó una medición del índice de masa corporal y estado nutricional de sus alumnos, encontrándose con grandes sorpresas.

Su primera conclusión es que el 40 por ciento de los alumnos municipales sufre de graves trastornos alimenticios, principalmente en algunos establecimientos de las ciudad que no guardan relación con el nivel socioeconómico.

Allí se pudo establecer que unos 1.700 alumnos sufren de obesidad, otro número similar sufre de bajo peso y cerca de 3.600 alumnos tiene sobrepeso.

Claramente estos resultados son preocupantes y nuevamente surgen los temas ligados a la alimentación saludables, malos hábitos alimenticios en el hogar y el fomento de la comida chatarra por mejor precio o comodidad de los padres.

Incluso, la medición estableció que hay liceos con alumnos de escasos recursos y registran un alto nivel de obesidad, al revés de lo que ocurre en el resto del país.

Fomentar la actividad física, difundir los quioscos saludables, motivar a las madres a preparar alimentos caseros a sus hijos y no mandarlos con papas fritas o comida envasada, pueden ser algunas medidas de mitigación y que ayudarían a cambiar este mal panorama.

No podemos olvidarnos que estos problemas alimenticios conllevan a otras enfermedades que generan graves problemas de salud en menores de edad.

Creemos que una tarea más importante en estos momentos es trabajar con los padres para enseñarles aspectos básicos sobre la alimentación saludable y los efectos de determinadas comidas.