Lionel Messi es la gran apuesta de campeonato para la Argentina de Sabella
alineación. El técnico argentino basa su estrategia de juego en la calidad del astro mundial del fútbol.
AP Photo/Natacha Pisarenko
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A pesar de saberse con uno de los ataques más potentes del planeta fútbol, la Argentina del técnico Alejandro Sabella se sabe que en Lionel Messi tiene a su arma, no por conocida, menos letal, independiente de las críticas que genera su desempeño con la Albiceleste.
Quizás si su defecto principal sea su endeble defensa, como si ese factor fuera exclusivo de los trasandinos, por ejemplo, si se mira lo que muestra en cancha el representativo chileno del técnico Jorge Sampaoli.
Los albicelestes carecen de armonía colectiva, su juego dista de generar aplausos sostenidos, pero tiene un cuarteto ofensivo que eriza la piel de cualquier rival de turno. Además, podría calibrar la mira sobre la marcha ya que sus rivales de primera ronda --Bosnia-Herzegovina, Irán y Nigeria-- no lucen como de los más exigentes.
Capaz de meterle un gol al ojo de una aguja, Messi tiene como socios a Sergio Agüero (Manchester City, Inglaterra), Gonzalo Higuaín (Napoli, Italia) y un poco más retrasado a Angel Di María (Real Madrid, España), con un banco adinerado en el que están Rodrigo Palacio y Ezequiel Lavezzi.
La imaginación popular bautizó a Messi-Agüero-Higuaín-Di María como 'Los cuatro fantásticos', aunque sería pecado de humildad englobar a Messi en ese cuarteto, cuando el rompe-récords del Barcelona valdría al menos lo mismo que el resto.
'Hay que bajar los decibeles a los que piensan que por tener un gran ataque vamos ganar fácil; el triunfalismo nunca fue bueno para Argentina', advirtió el técnico Alejandro Sabella. 'Para mi gusto, España, Brasil y Alemania están un poquito más arriba que nosotros'.
Así como confirmó el ataque, Sabella también tiene listo el bloque de atrás con Pablo Zabaleta (Manchester City); Federico Fernández (Napoli); Ezequiel Garay (Benfica, Portugal), y Marco Rojo (Sporting, Portugal), mientras que el arquero será Sergio Romero, suplente en el Mónaco francés y otro que no termina de convencer.
La defensa suele mostrarse frágil por los costados y sin ofrecer muchas garantías por el centro, algo que quedó definitivamente plasmado durante las eliminatorias mundialistas que ganó Argentina. El equipo carece atrás de líder de la talla de Daniel Passarella, Oscar Ruggeri y, sin ir más lejos, de Roberto Ayala, Walter Samuel o Javier Zanetti.
Los defectos defensivos quedaron al desnudo el 5 de marzo cuando igualó sin goles en Bucarest con Rumania, ausente de un Mundial por cuarta vez consecutiva. Ese duelo estuvo a punto de ser catastrófico para los albicelestes de no mediar los reflejos de 'Chiquito' Romero, en un partido que le sirvió para apaciguar a sus críticos.
Al margen de las falencias individuales en la defensa, el voraz apetito de ataque sería, vaya paradoja, otra de las causas de los males argentinos, porque deja a la retaguardia desguarnecida.
'Por el potencial de ataque, corremos cierto riesgo de quedar descompensados', destacó Zabaleta. Y agregó que 'debemos seguir mejorando a la hora de retroceder y sincronizar las ayudas para que no nos generan situaciones de gol'.
Javier Mascherano y Fernando Gago, con el apoyo de Di María, completan lo que sería el equipo titular. Gago estaría en observación por su flojo presente Boca Juniors y en la selección.
Dos veces campeón del Mundo en 1978 en casa y en 1986 en México, con Diego Maradona colosal, Argentina perdió la final con Alemania en Italia 1990 y después jamás pudo superar los cuartos de final.
Entre sus despedidas más recordadas figuran la del Mundial de Corea-Japón 2002 cuando el equipo dirigido por Marcelo Bielsa no pudo superar la primera ronda, y la de Sudáfrica 2010 cuando Alemania la despachó 4-0 en cuartos de final, marcando la despedida de Maradona como técnico de la selección.
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