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Alemania muestra toda su jerarquía y aplasta a Portugal

Un baile. Con una tripleta de Thomas Mueller, un goleador iluminado para los mundiales, los pupilos de Joachim Low desmantelaron a una torpe selección lusitana con un 4-0 contundente en el debut del Grupo G.

efe/GUILLAUME HORCAJUELO

AP Photo/Matthias Schrader

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En una selección que no juega con un centrodelantero fijo, Alemania tiene en Mueller un definidor implacable y fue el líder de una resonante victoria en su primera presentación en Brasil. El mediocampista ofensivo del Bayern Munich abrió el marcador a los 12 minutos al convertir de penal, facturó el tercero poco antes del descanso y puso cifras definitivas a los 78.

También precipitó el último acto desquiciado de Pepe, el zaguero central portugués, expulsado a los 37 minutos.

Antecedido por una fama de jugador que pierde los estribos fácilmente, Pepe se enfrascó en un altercado con Mueller. Con el alemán en el suelo, Pepe se agachó gritándole y le pegó un cabezazo. Milorad Mazic, el árbitro serbio, le mostró la roja directa.

Autor de cinco goles hace cuatro años en Sudáfrica, y ahora con ocho en dos mundiales, Mueller fue insaciable ante un adversario que se desencajó tras un promisorio inicio en un caluroso y húmedo día en Salvador de Bahía.

'Después de 20 minutos, miramos al reloj y pensamos que sería un día largo. Pero nos metimos muy bien en el partido y cuando ganas 2-0 con este calor, y después metes el tercero, los liquidamos', comentó Mueller.

Portugal había insinuado unas muy buenas intenciones en los primeros compases, con las apariciones en velocidad de Cristiano Ronaldo y Hugo Almeida al contragolpe. Ambos dispusieron de ocasiones en las que encontraron perfil ante Manuel Neuer, pero el portero alemán no se complicó ante remates sencillos.

El partido se les fue de las manos por culpa de insólitos errores defensivos. Sami Khedira desperdició una formidable oportunidad cuando el portero portugués Rui Patricio despejó el balón directo a sus pies, pero el volante alemán remató desviado desde 35 metros con el arco a disposición.

La pesadilla en la Arena Fonte Nova comenzó a tomar forma cuando Joao Pereira jaloneó dentro del área a Mario Goetze. Mueller definió magistral, un remate fuerte y rasante, para el 1-0.

'He jugado otros partidos importantes, así que no tenía miedo', comentó Mueller.

Mats Hummels anotó el segundo a los 32 al cabecear el tiro de esquina de Toni Kroos, a lo que siguió la expulsión de Pepe que esencialmente hundió anímicamente a Portugal.

Poco antes del descanso, Mueller se aprovechó de un nuevo despiste luso, esta vez un mal despeje de Bruno Alves, y empalmó con la zurda para el tercer tanto germano.

El segundo tiempo fue casi un trámite. Con los portugueses fundidos físicamente, Andre Schuerrle tuvo completa facilidad para servir un centro por la derecha. Rui Patricio manoteó débil el balón, dejándole a los pies de Mueller, quien no desperdició el obsequio.

Frustrado, el Balón de Oro no pudo gravitar en medio de las circunstancias, salvo con un tiro libre que exigió una notable intervención de Neuer. En el resto del duelo su participación estuvo lejos de su mejor nivel y destacó por errores.

El panorama se le complica en demasía a los portugueses dentro de un grupo fuerte, con Estados Unidos y Ghana en el horizonte y con la obligación de tratar de revertir un negativo saldo de goles. Además, temen por la condición física de su lateral Fabio Coentrao, quien salió lesionado en el segundo tiempo.

Con la canciller Angela Merkel alentando en las tribunas, Alemania festejó a los grande su partido número 100 en los mundiales y también confirmó su etiqueta de favorita.

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Irán y Nigeria pactaron un empate sin goles en partido aburrido y de poco fútbol

mucho choque. El segundo encuentro del grupo G se transformó en el primer empate de la cita planetaria.

AP Photo/Fernando Vergara

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Cuando la jugada que más se repite en un encuentro es la colisión entre dos jugadores que saltan para disputar un balón por alto, el espectáculo no anda muy bien. Pero esa fue la tónica del partido más deslucido que se ha presentado hasta ahora en Brasil, el primer empate después de cuatro jornadas llenas de goles y emociones.

A los 69 minutos, el nigeriano Shola Ameobi tuvo la oportunidad más clara del encuentro. Se coló entre las espaldas de un par de zagueros iraníes, en pos de un centro largo, pero apenas alcanzó a rozar el balón cuando tenía el segundo poste a su disposición.

Esa aproximación y una de los iraníes por cuenta de Reza Ghoochannejhad fueron prácticamente lo único que ofreció el encuentro, además de la retahíla de choques, pases errados, tiros desviados y faltas que cortaron las acciones.

Muy poco ingenio para dos selecciones que buscaban su primera victoria en un Mundial desde 1998 y que, al dividir puntos, quedan compartiendo el segundo lugar del grupo, por debajo de Argentina, pero con un nivel futbolístico que parece muy lejano del desplegado la víspera por Bosnia-Herzegovina ante la Albiceleste de Lionel Messi.

Nigeria le puso el empeño y la velocidad al comienzo del cotejo en la Arena da Baixada. Con veloces escapadas de su lateral derecho Efe Ambrose, el conjunto africano pronto comenzó a poner en aprietos a la zaga iraní. A los siete minutos, el árbitro ecuatoriano Carlos Vera invalidó un gol de Ahmed Musa, tras una falta que cometió John Obi Mikel sobre el arquero iraní Alireza Haghighi. Dos minutos después, un tiro de Ogenyi Onazi se fue demasiado cruzado, rozando el poste derecho.

Irán fue un concierto de balones perdidos adelante del mediocampo en los albores de la contienda. Ahogados ante la presión ejercida por los africanos, los iraníes prácticamente no pudieron hilar jugadas con sus puntas, Safi o Reza.