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Los hinchas loínos festejaron hasta que no les quedó voz

triunfo. Nadie quiso quedarse fuera de las celebraciones, las que se prolongaron por más de tres horas.

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No cabía duda. Ayer había que festejar con todo el gran triunfo de la Selección sobre el último campeón del mundo, España, por un inapelable marcador de 2-0, donde los anotadores fueron Eduardo Vargas y Charles Aránguiz.

Y así nomás fue en Calama. El lugar de las celebraciones fue el de siempre, el Paseo Ramírez y la Plaza 23 de Marzo, donde llegó un millar de hinchas con su polera de La Roja, caras pintadas, bocinazos, gorros y banderas.

La alegría desbordante de la gente se desarrolló en un marco de completa normalidad, como es de costumbre en la capital de El Loa, pese a que la victoria conseguida en el Maracaná tenía características de hazaña.

Los fanáticos cantaron hasta que no les quedó voz en el centro neurálgico de la capital loína y se dieron el tiempo de entonar el himno nacional, fue quizás el momento más emocionante de los festejos en Calama.

Como quizás nunca antes se vio, los 'chilenos de corazón' realizaron un banderazo por calle Abaroa, donde marcharon pacíficamente con bombos. Simplemente, una verdadera fiesta. El paso que necesitaba nuestra Selección para llenar de optimismo a la hinchada y creer de una vez por todas que no importa qué rival se tenga en frente, si se está haciendo un trabajo profesional del más alto nivel.