Los colombianos residentes en Calama celebraron el triunfo de su selección
brasil 2014. El elenco cafetero se enfrentó a Costa de Marfil, lo derrotó por 2-1 y quedó clasificado para los octavos de final del Mundial. Los hinchas se reunieron en diversos locales del centro para ver el partido y luego se desató la fiesta.
john yevenes
mario covarrubias
Estaban extremadamente expectantes antes que comenzara el partido. Son, quizás, la colonia más numerosa presente en Calama y se hicieron sentir muy fuerte en un céntrico local de la comuna donde se reunieron. Nos referimos a los colombianos, quienes ayer quedaron clasificaron a octavos de final del Mundial Brasil 2014, tras dar cuenta de la selección de Costa de Marfil, en un partido apretado, que culminó con unresultado de 2-1.
En el lugar pudimos apreciar las claras diferencias que tienen con los fanáticos chilenos a la hora de mirar un partido de su selección. Cuando en el primer tiempo las cosas no le salían a ninguno de los dos equipos, los hinchas cafeteros lejos de amargarse, hacían sonar sus vuvuzelas y gritaban como si supieran que ese aliento les serviría a los jugadores de su país para abrir el marcador en el complemento.
Y así nomás fue, pues cuando iban 17 minutos del segundo tiempo se desató la algarabía cafetera en Calama. El delantero James Rodríguez abría la cuenta, tras ganar un cabezazo dentro del área de los marfileños, el cual por su potencia tuvo destino red, sin oposición del portero. Ahí comenzó el cántico favorito, que versa lo siguiente 'Cantando, cantando, yo viviré. Colombia, tierra querida'. De esta forma se festejó la apertura del marcador.
Luego, sólo siete minutos más tarde, en momentos en que Costa de Marfil buscaba sin réditos el empate, una mala salida de su mediocampo desacomodó a la retaguardia africana, que se desencadenó en un contragolpe imparable de los cafeteros que culminó en el fondo de las mallas, gracias a la anotación de Juan Carlos Quintero. 2-0, tranquilidad momentánea y aumentaban los cánticos, esta vez combinados con 'Un, dos, tres, Colombia otra vez', que hacía imposible escuchar el relato del partido.
Esa felicidad colombiana fue momentánea, porque el mediocampista marfileño Gervinho, en el minuto 73 de partido, realizó un carrerón estupendo por el sector izquierdo del ataque, derecho defensivo, eludió a por lo menos tres jugadores colombianos y una vez que se encontró de frente al arco de Ospina, remató fuerte, venciendo el manotazo de David Ospina, el golero de los cafeteros.
Tras aquello vinieron 17 minutos de tensión, pero un nerviosismo que se moderó con un buen vaso de cerveza y la unión del grupo. Al final se preocuparon de respaldar el trabajo de su último hombre, Mario Yepes, a quien le cantaban 'Yepes, Yepes'. No los defraudó el zaguero que juega en Italia, pues salvó un par de mano a mano con el temible delantero Didier Drogbá.
Al final Colombia resistió los envíos aéreos marfileños y también aprovechó la pésima puntería en los tiros libres frontales, donde la enviaron afuera el mismo Drogbá y Touré Yaya. Tras el pitazo final, el clásico 'Sí, sí, Colombia. Sí, sí, Caribe'. Las celebraciones continuaron en la calle, donde incluso bailaron en la vía pública y marcharon espontáneamente por la calle Abaroa, siendo escoltados por personal de Carabineros. Festejos más que merecidos, pues el equipo clasificó a la siguiente fase, un objetivo que no pudieron conseguir cuando eran candidatos a ganar la Copa del Mundo, en la cita disputada en Estados Unidos 1994.