Hay una resistencia a la posibilidad de que se instale en Calama un Hospital de Campaña dada la crítica situación que vive el actual centro asistencial y la demora que tendrán la reanudación de los trabajos en el Hospital en construcción.

Al parecer la comunidad considera poco digno que los pacientes locales sean atendido en un centro que funciona con carpas y pueda perpetuarse en el tiempo.

Aquí es importante la voz del personal del Hospital, porque quizás en apariencia no parecerá un centro asistencial, pero si tiene un buen equipamiento y mejores condiciones que el actual, puede ser una alternativa temporal.

Hay que considerar que el Hospital 'Carlos Cisternas' colapsó y que muchas de sus unidades no funcionan bien y su estructura tampoco está en buenas condiciones. Por lo tanto una emigración a un Hospital de Campaña, quizás no sea una mala alternativa.

Por el momento no se vislumbran proyectos para mejorar el actual recinto y tampoco hay claridad de lo que pasará con el nuevo Hospital cuyas obras están paralizadas ya casi un año.

Tampoco hay claridad de la calidad de lo que está construido, al extremo de que algunos sectores son partidarios de comenzar de cero.

Por el momento lo único claro es que se ha construido el 72 por ciento del proyecto con un costo de 42 mil millones de pesos, faltando un 28 por ciento que está avaluado en 35 mil millones de pesos.

Claramente esta historia del nuevo Hospital de Calama tiene para mucho tiempo, en desmedro de la población loína que necesita con urgencia este recinto para ser bien atendido.

Por lo pronto, no se puede desechar la posibilidad de traer un Hospital de Campaña, porque además sería el mejor reflejo de la incapacidad del Estado frente al tema de la salud, con varios proyectos de Hospitales paralizados en el país.

Habrá que resignarse, y si lo amerita, se tendrá que traer un hospital de emergencia para suplir las necesidades inmediatas en el sector salud.

Más allá de lo que significa un resultado deportivo, hay trasfondos de lo que ha sido y es hoy en día la Selección Chilena. Elementos que son mucho más profundos que el fervor futbolístico o el patriotismo que incita un mundial y que son dignos de rescatar para su aplicación en nuestra vida diaria y, por sobre todo, para la transformación de nuestra ciudad.

No debemos olvidarnos que tan solo algunos años atrás salíamos a la cancha a no perder, a buscar el empate cuando se trataba de equipos de buen curriculum como Brasil o Argentina. Salíamos a tratar de ser dignos y a que no nos golearan.

Vino entonces con Bielsa un punto de inflexión donde dejamos de llamar 'Eliminatorias' al proceso de obtención de un cupo para un mundial y lo reemplazamos por 'Clasificatorias'. Este cambio significó entrar a las canchas de Sudáfrica a ser Chile y plantear un juego con una identidad propia y a buscar el triunfo por sobre todo. No ganamos todos los partidos y pasamos con lo justo, hasta que volvimos a tener miedo y caímos por no tener consolidado aún ese cambio de visión y mentalidad. Pero rompimos ese pesimismo mental.

En Brasil se entró a la cancha pensando en el objetivo de ser campeones, a imponer un modo juego contra cualquiera y con convicción. Se consolidó una identidad propia, un magnifico trabajo en equipo donde la estrella fue el funcionamiento de equipo y el objetivo común el camino a seguir. Le perdimos el miedo a Argentina, a España y también a Brasil, que lo tuvimos contra las cuerdas porque no pudo ser capaz de hacer su juego aún con el mismo entrenador de siempre. Esto no es causalidad, es convicción, es tener el objetivo claro y saber trabajar en equipo. Esto es tener identidad propia y salir a buscar el futuro con los propios medios sin depender de otros ni sentirnos poca cosa.

De esto mismo se trata transformar Calama. De mirar más allá de nuestras narices y objetivos individuales. De hacer un juego colectivo para ser la ciudad campeona de Chile, con identidad propia y sin tener que mendigar a quienes nos menosprecian. Para ser la ciudad moderna y sustentable que queremos debemos empaparnos de la impronta de La Roja.