Secciones

Chuquicamata: la piedra angular de la nacionalización del cobre

codelco. En 43 años la mina más emblemática de la estatal ha entregado excedentes claves al país.

fotos: codelco

E-mail Compartir

Chile, país minero. Una frase que refleja cómo somos vistos a los ojos del mundo, pues nuestra principal economía depende de este rubro, más concretamente de la explotación del cobre. Este mineral es extraído desde las entrañas de la tierra desde principios del siglo XX, pero sólo desde hace 43 años, es parte del Estado de Chile.

Concretamente el 11 de julio de 1971, durante el Gobierno de Salvador Allende, el cobre fue nacionalizado. Desde entonces, el Estado creó la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), que a la fecha ha producido 55 millones de toneladas de cobre fino. El peak de todas las divisiones de Codelco fue una producción de 1.840 TMF en el año 2004.

'El país ha podido nutrirse de la materia que por casi 100 años nuestros trabajadores han extraído. Una riqueza que le ha entregado a Chile los recursos para poder crear más escuelas, hacer más caminos, postas, hospitales, en fin. Tantas cosas que han hecho progresar a Chile y son posibles justamente con lo que aquí se produce', dijo el gerente general de la División Chuquicamata, Juan Carlos Avendaño.

Esta fecha es recordada por todos los chilenos, pero en Chuquicamata se vive de manera distinta. Es una conmemoración que cala profundo a cada minero y minera de la división puesto que existe conciencia de que el trabajo que se realiza no es sólo para lograr metas productivas, sino que para la evolución económica y social de todo el país.

Como símbolo de esta nacionalización, una imponente y solitaria bandera chilena flamea hoy en lo más alto del botadero 95. Emblema patrio que fue izado como un homenaje a este hito minero y a todos quienes de una u otra forma han sido parte de él a lo largo de los años.

La nacionalización

El proceso de nacionalización del cobre significó un gran cambio para el país y principalmente para las zonas donde se extraía el mineral.

Concretamente en Chuquicamata, que en ese entonces era la Compañía de Cobre Chuquicamata S.A., este cambio estuvo marcado por las diferencias políticas de la época, más que por el cambio social que implicaba. Así lo describe el historiador autodidacta y director del Museo de Historia Natural y Cultural del Desierto de Atacama, Osvaldo Rojas.

'Este cambio estuvo cargado por distintos cambios sociales, donde el país se encontraba paralizado. Todo giraba en torno a los aspectos políticos y el tema de nacionalización no fue la excepción. Si bien había muchos sectores laborales que estaban a favor de este proceso, otros se mostraban más preocupados, porque los americanos se preocupaban de que la gente estuviera conforme con lo que ganaba y mantenerles el refrigerador lleno. En ese sentido acá primaban más los intereses propios o familiares, que los intereses colectivos', explicó el historiador.

No obstante, una visión más progresista en la que el país se haga cargo de administrar sus riquezas es la que primó y aunque en ese entonces no existía la experiencia de cómo hacerlo, el tiempo se encargó de posicionar a Chile como el gran productor de cobre.

'Esta actividad que se generó en los años 70' implicó un cambio a la manera en que funcionaba la minería en Chile. Nosotros sólo tomábamos los pedidos que los ingenieros extranjeros entregaban. Y tras concretar este proceso, tuvimos la responsabilidad de sacar adelante estas tremendas operaciones, incluso en muchos casos sin tener planos o mayor información, pero el acto de nacionalizar el cobre y hacernos cargo de nuestras operaciones es una demostración del profesionalismo de nuestra gente', agregó Juan Carlos Avendaño.

Osvaldo Rojas concuerda con el ejecutivo de Codelco en que este proceso implicó un gran desafío para el país, principalmente porque 'Chile era un país agrícola, con una minería muy incipiente en la zona central y sur chilena y la base económica era bastante débil. Pero tomar posesión del principal recurso natural del país, como es el cobre, significó enriquecernos como país y esto se tradujo en mucho mejor bienestar para el colectivo nacional', agregó.

Recuerdos imborrables

En Chuquicamata hay ex trabajadores que aún mantienen en su memoria el momento de la nacionalización del cobre. Arsenio Tello, tenía 22 años y se desempeñaba en Operaciones Mina.

'Fue un momento de sentimientos encontrados, porque por un lado con los norteamericanos estábamos muy bien, pero también teníamos claro que el cobre era nuestro, era chileno. Fue un momento histórico, muy especial. En el momento no se dimensionaba tanto lo que significaba ese cambio, pero hoy uno puede decir objetivamente, que fue la mejor decisión', cuenta.

Tello dice que eran momentos en que se hablaba mucho sobre la realidad país y entre compañeros reflexionaban. 'Recuerdo que muchas veces conversamos entre los amigos y compañeros de trabajo y habían muy pocas voces contrarias a esa decisión que tomó el Estado. Escuchábamos la radio y nos informábamos', dijo.

La mayoría de los trabajadores que vivieron ese gran cambio en la historia de Chile, en ese momento eran muy jóvenes. Es el caso de René Araya Liquitay, que llegó desde Ovalle para enrolarse en las labores mineras de Chuquicamata con sólo 24 años. 'Me desempeñaba como mecánico. Recuerdo que llegó un compañero corriendo para contarnos que se había promulgado la ley que nacionalizó el cobre. La verdad es que yo lo escuche hablar, pero no entendí nada. Es que uno cuando es joven no se involucra demasiado en temas como esos. Ahora uno piensa y ve lo importante que era. Con el tiempo lo dimensioné. Pero bueno, de alguna manera fui testigo de esa situación, que creo sirvió para todo el país', expresó el ex trabajador.

El valor que los trabajadores, profesionales y ejecutivos de Chuquicamata le da a la nacionalización es enorme, no sólo por ser un hecho histórico que marcó el futuro del país, sino que además porque todos los miembros de la organización entienden que el trabajo que se desarrolla en Chuquicamata va en directo beneficio del país.

Chuqui piedra angular

Desde el año 71 hasta hoy, Codelco ha sido líder mundial en producción de cobre. La evolución ha recorrido una tendencia positiva, lo que habla también de esfuerzos permanentes en perfeccionar sus procesos productivos.

Lo más relevante -opinan quienes fueron parte de esta transformación- 'no sólo está en la cantidad de nuestro cobre que se pudo comenzar a exportar en ese entonces a los principales países consumidores del mundo, sino que además en que la producción subió a lo largo de los años pese a que las leyes promedio de todas las divisiones había bajado considerablemente'.

Esta producción ha tenido como uno de sus pilares más importantes a la división Chuquicamata, que es el emblema de la Corporación y que aún se mantiene en pleno funcionamiento ad portas de cumplir 100 años de operaciones.

Cuando el Estado de Chile se transformó en dueña del cobre chileno con la nacionalización del mineral, Chuquicamata comenzó a subir sus números, gracias al esfuerzo y la dedicación de sus trabajadores, profesionales y ejecutivos que pusieron al servicio de la minería nacional todo su conocimiento técnico.

Futuro

Al igual que el gran cambio que significó hacerse cargo de los recursos que posee nuestro país, hoy Codelco Chuquicamata enfrenta un nuevo desafío. Pues luego de extraer por casi 100 años el recurso más importante del país, debe transformar sus operaciones para seguir siendo una división que aporte al país, como lo ha hecho durante todo este tiempo.

'Como división tenemos un tremendo desafío, por los que estuvieron antes, los que están ahora y también por quienes serán el futuro. Chuquicamata está lleno de desafíos y hoy enfrentamos uno que es muy complejo: debemos cerrar un rajo que cumple 100 años de operación, pero que aún puede sacar las riquezas de las entrañas de la tierra, por debajo de la misma. Es una transformación a minería subterránea a la cual no estamos acostumbrados, pero que de la misma manera en que enfrentamos el desafío de nacionalizar el cobre, estoy seguro que vamos a sacar adelante este Chuqui que seguirá aportando al país', finalizó Juan Carlos Avendaño.

De esta manera, una de las divisiones más emblemáticas de Codelco espera seguir aportando al desarrollo de Chile, como lo ha hecho en los últimos 43 años. Tiempo en que los trabajadores de Chuquicamata han entregado a todos los chilenos el principal recurso del país, el cobre.

'El país ha podido nutrirse de la materia que por casi 100 años nuestros trabajadores han extraído. Una riqueza que le ha entregado a Chile los recursos para poder crear más escuelas...'.

1971 fue nacionalizado

95 botadero

1976 11 de abril

El 45% de los afiliados a las AFP en la Segunda región no está cotizando

jubilación. Los bajos sueldos y lagunas previsionales, son factores críticos.

edgard cross-buchanan

E-mail Compartir

En 23.900 personas creció el número de afiliados a alguna de las seis administradoras de fondos de pensión (AFP) en la Región de Antofagasta entre marzo de 2013 y marzo de este año.

Claro que la positiva cifra esconde un problema que es complejo para el país: de ese total, apenas 821 trabajadores están cotizando una parte de su remuneración, es decir, realizan aportes a su cuenta de ahorro previsional.

El dato da cuenta de las difíciles perspectivas que tiene la población ante una futura jubilación en caso de no hacer las cotizaciones. Según análisis de los expertos, la jubilación llega en promedio sólo al 30% del sueldo que cada trabajador recibió en su vida laboral.

El gran problema es que una parte importante de los afiliados (inscritos en alguna AFP) simplemente no cotiza, es decir, no impone el margen aproximado al 10% de su renta.

En la región existen, a marzo de este año, 330.928 afiliados, de los cuales 183.550 cotiza. Con esto, son aproximadamente 147 mil (un 45% del total) los empleados con lagunas en sus fondos de pensiones, a quienes deben sumarse quienes no hacen ningún tipo de aporte a su jubilación.

La estadística de la Superintendencia de Pensiones a marzo, da cuenta que 35.344 personas reciben sueldos que no superan los $300.000, y otros 59.000 trabajadores no pasan de los $700.000 mensuales considerando sus ingresos imponibles, lo que en la práctica corresponde a la mitad de la población que cotiza.

Desde la otra vereda, 31.791 trabajadores perciben rentas superiores al millón 600 mil pesos, el número más alto del país después de Santiago.

Sin duda que los bajos salarios empeoran la situación, según lo advierte el economista de la Universidad San Sebastián, Pablo Neudorfer.

'El sistema de pensiones es un reflejo, independiente de cómo funcione, de los sueldos que reciben los trabajadores, porque si no son muy altos es imposible pretender que a futuro la jubilación refleje en algo lo que la persona ganó cuando era laboralmente activa', dijo.

El director regional de la Fundación Superación de la Pobreza, Hugo Inostroza, va más allá de este plano y en su análisis subrayó que es necesario ver cuántas personas efectivamente en la región pueden verse beneficiadas de la industria minera y sus altos ingresos.

'Alrededor del 25% de la población trabaja en la minería y el resto se desempeña en otro tipo de rubros como los servicios, donde las remuneraciones están en línea con lo que se paga en el resto del país, lo que no es suficiente para el costo de vida de la región', dijo.