A cuidar Calama
Claudio Lagos,
'Mire gobernador, no queremos vivir encerrados en nuestras casas ni estar con el alma en un hilo cada vez que nuestros hijos van a comprar al almacén de la esquina', me planteó una inquieta madre durante el encuentro que, junto a las policías, tuvimos con los vecinos de Cerro La Cruz.
La seguridad pública es un bien intangible que no se palpa, no se toca, no se compra en un almacén, pero cuán apreciada es para un barrio y para esa madre que anhela que sus hijos lleguen bien a casa cada vez que salen a la calle.
Para el Gobierno de la Presidenta Bachelet, tan importante como lo es dar cierta tranquilidad económica a las familias con los recaudos de la Reforma Tributaria, lo es también brindar condiciones de seguridad a las familias para que se sientan protegidas y garanticen el vivir cotidiano basado en el respeto mutuo.
Chile, comparado con sus pares de América, presenta el menor índice de violencia (3,1 casos cada 100 mil habitantes). Ahora, no vamos a tapar el sol con un dedo y minimizar el problema que afecta a Calama, donde y cómo ocurre en la región, los delitos afectan mayormente a la propiedad (81%) que a las personas (19%)
En este sentido y como lo planteó el prefecto de Carabineros al gremio de los taxistas, preocupados también por la seguridad del gremio, hemos llegado a un tope y de aquí en adelante el compromiso es a trabajar y a cuidar Calama
Las policías, haciendo el trabajo duro contra los delincuentes y microtraficantes; los vecinos, colaborando, denunciando, ocupando espacios públicos, fomentando la recreación y la práctica deportiva entre los niños. El torneo de penecas que se desarrolla en el estadio Techado, es todo un ejemplo a imitar de cómo encauzar provechosamente el tiempo libre de los escolares.
El Ministerio del Interior, por su parte, asignó un rol sustantivo a los consejos comunales de seguridad, al liderazgo de los alcaldes y ya se envió el proyecto de ley que impone pena de cárcel a los portadores de armas hechizas y cambia, de multa a prisión efectiva, a los que porten armas sin autorización. ¡La invitación entonces es a cuidar Calama!