Camila Moreno y una aventura entre las ruinas
El trabajo audiovisual fue grabado por la productora 3 Tercios en las ruinas que guardan historia, ya que además fue un lugar utilizado como centro de detención y tortura para el 73.
Trabajo. La cantautora ideó una película de media hora con las canciones de su disco 'Panal'
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Amelia Carvallo A.
'Las Ruinas del Oro' es el nombre del mediometraje con cuatro nuevas versiones del disco 'Panal' de Camila Moreno. La música y le película, una mezcla de videoclip e historia larga, se grabaron durante una jornada en Las Melosas, sector cordillerano de El Cajón del Maipo, que la artista visitaba desde niña.
- ¿Qué te seduce del ejercicio de reversionar?
- La verdad es que es algo que se da, no es algo que yo busque mucho y que me dirija a hacerlo, sino que viene hacia acá. Creo que las canciones tienen vida propia, no mueren en un formato estático, siempre están mutando. En algún momento tuve varias reflexiones sobre esto, incluso hice una tesis que se llamaba 'La canción popular como universo inagotable'. Creo que la canción es como una plastilina, por suerte no hay un candado para ella, no está cerrada.
- ¿Sabes rápidamente cuando una canción tendrá su reversión o se manifiestan en el tiempo?
- Creo que cualquier canción puede ser reversionada. En mi caso ha sido pasar de un trabajo de canciones que hice sola a un proceso colectivo, donde se incorporan más cabezas e ideas que no habías visto. Eso es lo que me gusta de trabajar con una banda, escuchar las propuestas de los otros músicos.
- ¿Qué elemento unieron a las cinco canciones que presentas en las 'Ruinas del oro'? ¿Cuál fue el criterio de selección?
- Todas eran canciones de 'Panal', excepto 'Suficiente!', que fue la canción que quedó fuera de 'Panal' porque era diferente, es como la canción escondida de 'Panal'. Ahora con las reversiones quedó más unida en términos estéticos.
- ¿Cuándo y cómo fue la primera vez que estuviste en Las Melosas?
- Iba desde pequeña. Como a los cinco años la primera vez. Le tenía miedo al lugar, porque siempre contaban leyendas: la de 'La Lola', que es una mujer que mata a los hombres; la de 'Los Heladitos', que son unos mineros que quedaron atrapados. Y otras historias de arrieros. Mi temprana adolescencia también la viví ahí, los primeros besos fueron en esas ruinas.
- ¿Qué emociones te despertaba ese lugar?
- Tengo recuerdos de haber sentido presencias, cosas raras, que penaban, que se apagaba la luz. Después de años, cuando ya era más grande, me enteré que ese lugar había sido un centro de detención y tortura bajo la dictadura de Pinochet. Ahí se me armó un poco más la imagen y pude entender por qué sentía esas cosas y el aura de misterio y escalofríos que sentía en ese lugar
- ¿En cuántas sesiones lograron completar el video?
- Fue un día entero. Llegamos allá una tarde, tipo cinco, instalamos todo y luego al amanecer, como a las cuatro nos despertamos para grabar con la primera luz. Fue en verano, así que amanecía más temprano. Y seguimos durante todo el día, terminando en la noche. Como a las dos de la mañana desmontamos todo.
- ¿Qué atmósfera generaba hacer música en esas ruinas?
- Tocábamos cinco o seis veces cada canción. Simón Vargas, el director, tenía puestas unas dollys así que pudimos disponernos a tocar para nosotros mismos, en círculo, algo que es más simbólico y genera otras energías que estar tocando de espaldas. La posición fue cambiando a lo largo del día. Fue muy distinto tocar a las cinco de la mañana y a las siete de la tarde. Al principio hubo tensión, después pasó lo contrario, seguía habiendo misterio pero más abierto y relajado. Al final de la última canción, tiramos el último acorde, y a lo lejos escuchamos: '¡Camilaaaaa!, ¡Camilaaaaaa!'.
- ¿Quedó registrado ese grito?
- Sí, pero suena súper despacio, hay que ponerlo en alto volumen. Nosotros nos quedamos onda '¿quién está gritando?'. Algo raro pasó ahí. (Nota: efectivamente se escucha tres veces una voz de hombre gritar alguna palabra con a en el mediometraje).
- ¿Y qué es esa plancha de metal con dos hilitos de agua que aparece?
- Para nosotros era un tótem. Descubrimos con Juan Pablo Bello, que hizo el sonido, unos videos sobre cómo se puede hacer vibrar algo a 24 cuadros por segundo. Entonces la cámara, que graba a esa velocidad, lo va a ver raro. Quién está ahí no lo ve, se ve solo a través de la cámara. Teníamos ganas de ponerlo en el video y Karina Hyland, que hizo el arte del video, lo construyó. Era una presencia extraña en ese lugar, ese es el sentido que tiene para nosotros. El agua es tal vez un acercamiento afectivo con el espacio, poner algo ahí que no pertenecía pero se veía como si perteneciese. Lo pusimos en la mitad del silo y funcionó súper bien
- ¿Tuvieron que pedir permiso para hacer el video? ¿Tiene propietario Las Melosas?
- Sí, Las Melosas es de Carabineros de Chile. Nos dejaron grabar sin problemas.
- ¿Ahora estás en nuevas composiciones?
- Estoy en proceso de pre-producción de mi nuevo disco. Está bueno. No serán más de once o diez canciones. Estoy trabajando en 16 y de ahí me quedo con las mejores. Ahora estoy armando lo que pueden llegar a ser unas baterías o unos bajos, estoy en el momento donde todo es móvil.
- ¿Tendrás giras por regiones? ¿Dónde y cuándo?
- Hay una pequeña gira de invierno que parte ahora a fines de julio, principios de agosto, y voy a Punta Arenas. Después parto al norte a fines de agosto, también vamos a ir a Rancagua y otras ciudades del país.