Fue un triste espectáculo. Un equipo sin chispa, chocando contra su propia falta de ideas, con cambios mal hechos desde la banca y una hinchada que ya no aguantó más e hizo sentir su molestia marcaron una nueva derrota del cuadro minero en el torneo de apertura.

Pese a que Marcelo Trobbiani se aventuró con los juveniles Iván Ledezma, Erick Ahumada y Fernando Cornejo -el más rescatable en cancha-, Cobreloa nunca encontró la brújula futbolística que perdió en la segunda fecha.

En un primer tiempo para el olvido, sólo el intento desviado de Fernando Manríquez y un remate tibio de Gabriel Méndez aparecían como llegadas de riesgo. El cántico del 'Huracán Naranja' contra la directiva loína exigiendo 'que se vayan todos' fue la única nota rescatable del lapso.

Probablemente ayudó al descontrol del equipo la discreta actuación del juez Rafael Troncoso, quien expulsó a Erick Ahumada por doble amonestación y cerró su cuestionada tarde cobrando un resistido penal a Sebastián Roco. Pedro Muñoz abrió los guarismos en el minuto 72 y desató la ira de la hinchada que las emprendió también contra Trobbiani, que sacó a Iván Ledezma y no a Gabriel Méndez, uno que nuevamente anduvo muy bajo y se llevó la mayoría de las críticas desde el tablón.

'Me equivoqué y lo asumo porque soy el responsable de este equipo. Pero hay cosas que la gente no sabe, como que tuve que poner a los chicos porque hubo un bajón en jugadores que venían actuando y que ni siquiera fueron citados para este partido', señaló el DT, claramente haciendo alusión a las ausencias de José Luis Jiménez y Miguel Sanhueza.

Lo cierto es que Pablo 'Vitamina' Sánchez, el adiestrador del cuadro penquista sí acertó en su planteamiento. Es más, hizo ingresar al trasandino Eduardo Aguirre y al atacante Leonardo Monje. Y una jugada de ambos a los '85 puso la lápida en el esquivo marcador de La Madriguera. Dos a cero para el visitante.

Una vez terminado el encuentro, varios hinchas esperaron la salida de directivos presentes en el recinto. Patricio Contreras, Javier Maureira y el timonel Mario Herrera fueron los más insultados por la exacerbada barra.

'Más triste que por lo que me dijeron, me preocupa que el equipo no sume puntos. Estamos en un mal momento y hay que poner la cara, asumir responsabilidades y apoyar al grupo para que puedan salir de esta crisis de resultados', dijo Contreras.

Más preocupante fue la denuncia de Mario Herrera. 'Cerca de mi casa hay hinchas que van y me esperan para insultarme. Los cité a la sede y no llegaron. Así no nos vamos a poder entender, con insultos no se puede', comentó.

18.00

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Cambio de mando