La idea de trasladar la municipalidad a un edificio más moderno y con espacio suficiente para albergar todos sus departamentos y brindar una mejor atención a la comunidad, no es nueva. Ya en el segundo período del exalcalde Edwin Rowe Molina, se hablaba de esta necesidad y coincidentemente el lugar elegido para el cambio era la exfinca San Juan, como lo presenta hoy el alcalde Esteban Velásquez.
Más allá de la idea no hubo mucho avance, es más durante el gobierno comunal de Arturo Molina la iniciativa fue desechada. El alcalde de aquel entonces se oponía al traslado aludiendo que sería perjudicial para mantener vivo el casco histórico de la ciudad.
A casi dos décadas de la idea, hoy podemos hablar que se está más cerca de concretarla. Ya se conoce el esbozo del proyecto y algunas características, tales como que tendrá siete pisos, estacionamientos subterráneos y suficiente amplitud para concentrar a los servicios que hoy están fuera como la as direcciones de Tránsito y Desarrollo Comunitario, entre otras.
Junto a ello está el estimativo del costo el que bordearía los 15 mil millones de pesos. Lo que no está claro es la vía de financiamiento, pero se coincide en que debiera ser por distintas fórmulas, incluido el endeudamiento municipal en la banca privada.
Ese es el avance y el año que viene será trascendental para encontrar los recursos para ejecutar la obra que comenzaría a más tardar en el primer semestre de 2016.
Será todo un hito y puede ser el punto de inflexión para marcar la modernización de Calama, porque son este tipo de obras las que confirman el crecimiento de las urbes. Junto a ello se responde a una deuda con la comunidad la que necesita mejor acceso a los servicios que presta el municipio y que hoy están diseminados por el centro.
Sin lugar a dudas un adelanto arquitectónico con alto impacto social y que no debiera afectar a la vida del casco central, porque las proyecciones para ese sector están ligadas al arte y la cultura. De hecho el actual edificio consistorial sería cedido a cultura.