Una delegación nortina participará a partir desde el jueves en la Exposición ganadera, agrícola, industrial y comercial en Salta, con el fin de establecer alianza y lograr así un aprendizaje que permita poder aplicar en la Segunda Región.

Esta será una valiosa experiencia, considerando el gran bagaje de los agricultores de Salta, y donde los representantes del Norte Grande además aprovecharán de exponer sus productos locales.

El compartir experiencias, les ayudará también a estrechar lazos de comercialización que permitan el ingreso e intercambio de productos y al mismo tiempo promover el turismo rural que está comenzando a tomar fuerzas en nuestra zona.

En la delegación, además de la autoridades del sector, viaja un grupo de agricultores, quienes podrán interiorizarse de experiencias exitosas que realizan las cooperativas productoras en Argentina y relacionarse con asociaciones para poder replicarlas en nuestra región.

En tanto, las autoridades de Agricultura e Indap buscan poder disminuir los intermediarios y acercar a nuestra zona productos e inocuos para la población.

El desarrollo agrícola es un pilar que debe potenciarse en el área productiva de nuestra región, y para ello es esencial que el sector se instruya, aprenda experiencias, se relaciones con sectores más capacitados y pueda obtener sus propios beneficios.

Tanto en los sectores de Alto La Portada, Taltal, el valle de Calama, y los sectores del interior de la provincia El Loa, cuentan con algunos avances, pero es necesario que exista una mayor tecnologización productiva, como el uso de métodos más científicos para mejorar siembras y producciones.

Esta será una importante experiencia donde es clave poder transmitir esta información y sobre todo poder aplicarla en nuestros predios, de lo contrario se convertirá, como tantos otros, en un viaje más.

La agricultura regional aún puede dar muchos más, junto con recuperar numerosas tierras que han quedado a su suerte.

La caridad bien entendida, se la puede desarrollar desde todas las esferas de actividad que tiene el hombre, en el vasto campo del mundo. Extraordinario ejemplo de amor al prójimo, de solidaridad humana, de entrega total - yo diría de exaltación del espíritu rotario-, dio al mundo ese hombre excepcional que se llamó Albert Schweitzer, verdadero apóstol del renunciamiento y de la caridad, cuyo culto practicó hasta los últimos instantes de su vida, derramándola a raudales en el inmenso templo de África, entre los negros, a quienes llamaba sus hermanos, siendo él blanco puro, de alma y de corazón.

Pero, por desgracia, estos casos son demasiados aislados, podríamos decir sobrehumanos, porque la historia de la humanidad está más bien plagada de atrocidades terribles, que muestran sin disimulo la lobreguez que todavía obscurece el alma humana, arrastrando al hombre por los sangrientos caminos del odio y del exterminio. Guerra aquí y allá, asesinatos cainescos, traiciones sin fin, miseria por todos lados: he ahí el espectáculo que el mundo nos ofrece cada día.

¿Por qué el odio en lugar del amor? ¿Por qué las discriminaciones étnicas en vez de la integración? ¿Por qué la intolerancia religiosa en lugar de la comprensión? La sana política en lugar de la lucha en común. Porque sin duda se ha olvidado la caridad. Si esa virtud se practicase en su amplio sentido en el mundo entero, si la caridad primase como principio supremo como ley fundamental en todas las relaciones humanas, la convivencia sería una realidad y tal vez la paz mundial dejaría de ser sólo una esperanza.

Busquemos, amigos lectores, con afán de poseídos y divulguémosla como sembradores del bien, la práctica de la caridad, ese amor al prójimo que es renunciamiento y entrega; que es perdón y justicia; generosidad y sacrificio. Tenemos el caso de Jesús, mostró la más sublime prueba de caridad con su ejemplo, transformando la historia de la humanidad..

Nuestra actitud frente a nuestros semejantes, en esta era turbulenta en que vivimos, tiene que ser de aproximación, de identificación con sus problemas, en disposición de ayuda, que bien puede traducirse en un sano consejo oportuno, en su apoyo moral que le sirva de aliciente.