Mientras se intenta resolver el problema de la educación, pareciera que el tema de la salud en varias ciudades de Chile, y entre ellas Calama, es un problema mayor. La realidad es que es nuestra provincia el Hospital 'Carlos Cisternas' está colapsado tanto en su infraestructura como con la dotación de personal y la falta de médicos especialistas.

A ello se suma que el nuevo Hospital de alta complejidad comenzado el año 2012, sus obras quedaron paralizadas el años pasado por graves problemas administrativos.

Al mismo tiempo el recinto alternativo más cercano que es el Hospital Regional de Antofagasta, también está colapsado y recién comienza a construirse un nuevo centro asistencial.

Uno de los problemas más graves es que escasean los especialista para atenciones más complejas, lo que en el caso de personas de escasos recursos no tienen más alternativas que esperar una hora.

Y lo refleja el último llamado del Servicio de Salud, donde el concurso para llenar los cargos debió declararse desierto.

Y el tema pareciera no ser de fácil solución, porque el Hospital del Cobre que es privado también enfrenta la misma situación.

Incentivos y mayor formación de especialistas, podrían ser algunas de las soluciones para resolver a mediano plazo este problema, que se extiende por el país.

Esta realidad obliga al servicio público de salud a comprar servicios médicos privados elevando los costos para el sistema.

Se requerirán grandes esfuerzos del actual gobierno para dar soluciones efectivas para remediar la necesidad de la población, porque la salud a parte de ser de un alto costo, no cuenta en la actualidad con todos los servicios disponibles en forma inmediata, lo que aumenta el riesgo de que muchas personas mueren por sus enfermedades sin recibir la atención oportuna. Enfrentamos en la zona una verdadera crisis en la salud.

Por supuesto que la salud es primordial. Está claro. Es un tema importantísimo, prioritario a resolver, y así lo han asumido quienes están involucrados en resolver este complejo problema.

Es lógico que un problema de tales dimensiones, que además posee un imponente recordatorio físico, sea el foco de todas las discusiones que se oyen en Calama. Sin embargo, no podemos centrarnos solo en ello y desconocer todas las otras dimensiones que dicen relación con el desarrollo de una ciudad. Más aun cuando ya se han tomado todas las acciones posibles por las autoridades para encontrar una solución al problema del nuevo hospital.

Calama no puede avanzar si todas las discusiones terminan en el mismo discurso monopolizado que deja poco espacio para concentrarse también en resolver esos otros problemas. Sí, hay que estar pendientes, pero no dejar sin atención todo lo otro que también es importante para ir construyendo una ciudad digna, moderna y sustentable donde vivir.

Hagamos memoria: Hace tan sólo diez o cinco años no teníamos un Aeropuerto ni un Estadio de primer nivel. No estaba urbanizada la ex Finca San Juan. Tampoco había grandes parques como el Parque Granaderos y Parque Periurbano Tucnar Huasi. Soñábamos con potentes vías de conexión como la Avenida Balmaceda o la doble vía Calama a Antofagasta, ambos proyectos con la mitad ejecutada y la otra mitad pronta a partir. Sumo a esto todos los proyectos que hoy avanzan en sus diseños o ya inician obras, algunos incluso seleccionados por la misma comunidad en votación popular, como por ejemplo el Museo Minero, Valentín Letelier y Liceo América, CAR, Don Bosco, Parque Borde Río, Remodelación del Parque El Loa y El Paseo Ramírez, entre varios otros.

El trabajo de profesionales y técnicos de distintos estamentos públicos y privados que empujan la transformación de la ciudad es un punto a rescatar, donde hay muchísima disposición, capacidad y voluntad para encontrar esas soluciones que parecieran pérdidas.