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La última noche en la ciudad de la furia

el adiós. Esta es una crónica alrededor del cuerpo de Gustavo Cerati, que fue velado en el Palacio de la Legislatura de Buenos Aires. Llovía intensamente, Charly García llegó de anteojos y su ex mujer, Cecilia Amenábar, vestida de gris.

Desde Buenos Aires

la modelo chilena cecilia amenábar era una colegiala de jumper cuando fue a conocer a cerati en una conferencia de prensa.

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Por Andrés Nazarala R.

Si Gustavo Cerati fue el mártir de una historia tan trágica y absurda como la muerte, su madre ha sido la heroína. Tras cuidarlo todos los días en el hospital por más de 4 años, Lilian Clark se hizo cargo de la ceremonia final. Decidió que el velatorio del viernes -en el Palacio de la Legislatura de Buenos Aires- fuese masivo y acogiera a todos los que querían despedirse personalmente del líder de Soda Stereo, quien falleció ese mismo día a los 55 años de edad. Llegaron miles.

Ella permaneció cerca del féretro y compartió con los amigos del cantante en uno de los salones del inmenso edificio ubicado a dos cuadras del que fuera el último hogar de otra leyenda malograda del rock argentino: Luca Prodan.

'¡Se fueron todos, loco!', gritaba angustiado un fanático que venía tomando fernet en una botella plástica desde que se enteró de la noticia de la muerte, alrededor del mediodía. 'Luca, Pappo, el Flaco (Spinetta)…ya no queda nadie'. Exageraciones como esa abundaron en una noche cargada de emociones y marcada por un aire de nostalgia que se potenciaba con la lluvia que caía. Buenos Aires amaneció con truenos y relámpagos. Y la gente seguía ahí.

Según informes policiales, la fila de fanáticos superó las 15 cuadras en el momento peak de la noche. Muchos llegaron con sus hijos recién nacidos; algunos lloraban desconsoladamente. Un niño tocaba 'Nada personal' con una guitarra acústica y la gente seguía el ritmo con las palmas. '¡Vamos, vamos! ¡Canten todas las generaciones!', gritaba una mujer encolerizada.

Mientras tanto, un Chevrolet del año 53 se abría paso entre la multitud. De él bajó Jorge Mena, coleccionista de automóviles antiguos.

'Este es el carro que Gustavo usó para el video de 'Crimen'', aseguró, llamando la atención de los presentes. 'Estuvimos filmando en el año 2006. Fue emocionante, nunca había tenido una experiencia así. El fue bárbaro, charlamos y nos sacamos fotos', recordó con emoción.

A pocos metros, una pareja dark vivía el luto con cierto recogimiento. 'Quisimos venir a despedirlo porque su música nos marcó en los 80. Soda Stereo fue, junto a Virus, una de las primeras bandas New Wave de la Argentina. Le debemos muchos momentos'.

Debido a la intensa efusión de la noche -una extraña mezcla de fiesta y pena profunda-, la gente no se percató de la presencia de famosos que ingresaban al edificio por una puerta lateral. Pedro Aznar, Zeta Bosio, Dante Spinetta y Emanuell Horvilleur (Illya Kuryaki and The Valderramas), Ricardo Mollo y el ex - futbolista Martín Palermo fueron algunos de los que se hicieron presente para despedirse del ídolo. La chilena Cecilia Amenábar, segunda esposa de Cerati, se veía afectada y esquivó a la prensa al entrar y salir del recinto.

Pero reinaba la sensación de que faltaba el invitado más esperado de todos: Charly García, quien llegó alrededor de las 2 de la mañana en un pequeño auto eléctrico conducido por Fabián 'Zorrito' Quintiero, miembro de su banda y alguna vez considerado como el 'cuarto Soda Stereo'.

'Seguro lo llenan cuando salen de juerga', bromeó un periodista argentino mientras el auto se estacionaba. Charly salió a duras penas y se acercó a la prensa con unos audífonos en el cuello, sin quitarse los lentes de sol.

'Cerati era un arquitecto del sonido', sentenció el autor de 'Los dinosaurios'. 'En la época de Soda yo lo jodía y le decía que iba a terminar con la capa de ozono por culpa del spray', agregó, refiriéndose a los peinados que usaba en los años 80's.

Charly contó además que estuvo a punto de formar una banda con él y Pedro Aznar. '¿Qué pasó? Y me internaron. Un día nos pusimos a tocar y fue una voladura de cerebro. Era genial. Lamentablemente me agarraron, yo no entendía nada, me tuvieron cuatro meses'.

Algo disperso, pero más amable que en sus años salvajes, García terminó elogiando el poder de persuasión del artista fallecido ('me asombraba el poder que tenía él con las masas') y terminó enviando un mensaje anti-clínico. 'Hay ignorancia en encerrar a la gente. Hay mucha información errada, existe la dictadura de encerrar a la gente e imponer pecados donde hay santos'.

Todo un sobreviviente, Charly García fue uno de los últimos famosos en abandonar el lugar, cerca de las 3.30 de la mañana. A esa hora la gente seguía ahí, cantando, llorando, viviendo un momento histórico. Siete horas más tarde, el féretro de Gustavo Cerati fue trasladado al legendario Cementerio de Chacarita, hogar eterno de gigantes como Carlos Gardel, Enrique Santos Discépolo, Roberto Goyeneche y Federico Moura, entre muchos otros. Un final a la altura del hombre que sedujo a varias generaciones con talento, dedicación y un perfeccionismo sobrenatural.