Cuando hoy los recursos del Estado son apetecidos y demandados por todos los sectores de una sociedad, resulta increíble que en nuestra región se desperdicien mil millones de pesos destinados a planes de pavimentación participativa donde pobladores, el municipio y el Serviu juntan fuerzas para poder pavimentar calles, pasajes y otros tipos de arterias que por años han estado abandonadas o todavía son de tierra.
La denuncia realizada por la consejera regional, Sandra Pastenes es preocupante porque muestra la poca capacidad de gestión de varias organizaciones y cómo se desaprovechan los recursos, por los cuales tanto se reclama.
Con mil millones de pesos se podrían pavimentar varias cuadras completas, pero lamentablemente este dinero se devuelve a las arcas fiscales.
Es resorte de los municipios incentivar y promover estos planes, considerando que siempre las necesidades son mayores que los recursos disponibles.
Uno se pregunta si la comunidad estará informada y sabrá que están disponibles estos proyectos.
Así como este fondo, también hay otros beneficios menores que se desperdician como los subsidios de agua potable, que en muchas comunas se pierden. La misma consejera ha propuesto crear un banco de proyectos para que los municipios puedan mantener iniciativas listas para ejecutar y de esta manera no desaprovechar recursos.
Claramente, al conocer estos antecedentes nos damos cuenta de algunas deficiencias que existen en los municipios de la región, que hay conductos que corregir para poder aprovechar estos fondos. Es necesario reforzar las áreas de elaboración de proyectos y de planificación para que puedan responder con eficiencia frente a tantas posibilidades que existen hoy para captar fondos que vayan en ayuda de nuestra propia comunidad.
Aquí hay una gran tarea por delante, con el fin de hacer las correcciones necesarias, de integrar a la comunidad para que esté informada y tener una buena cartera de proyectos.