Independencia fallida
Rodolfo Reygada Velásquez,
Hoy se celebran 204 años de la primera Junta Nacional de gobierno. Momento en que quienes vivían en aquel entonces en tierras de la colonia española decidieron ser independientes, autónomos y resolver los problemas de manera local.
¿Qué celebramos en Calama? La pregunta va más allá de un rico asado y un momento de distracción junto a la familia y amigos, pues estos eventos los hacemos siempre y cada vez que podemos. ¿Celebramos ser parte de algo que no le interesamos?, quizás...
Me parece curioso que en este Chile independiente poco se tome en cuenta los bailes, cultura y tradiciones del norte. Me parece xenófobo que se refieran a 'esos bailecitos bolivianos del norte' mientras que aquí bailamos 'como salga' la cueca para no quedar como antipatrióticos. Resulta frustrante que toda decisión importante deba ir a los escritorios de la zona central y que es necesario competir con todas las comunas vecinas para convencer a 'Chile' de que nuestro proyecto es más urgente y 'socialmente más rentable' que el de mi vecino, mientras 'Chile' construye nuevas líneas de metro, parques, puentes y hospitales con recursos obtenidos de la actividad económica del norte.
Quizás mal entiendo esto de la independencia. Se supone que a través de ella podríamos disponer de nuestros recursos para resolver nuestros problemas y vivir como independizados más cómodos y felices. ¿Es esto lo que realmente está pasando aquí en nuestra ciudad?
Pensamientos contradictorios surgen cuando reflexiono sobre esa primera junta nacional de gobierno y los recuerdos que tengo de cuando cada 18 de septiembre muchas familias calameñas celebraban en la ribera del río loa, en las quintas y en los campings de la ciudad. ¿Cuántos celebran hoy en Calama? Pocos, basta ver que mágicamente desaparecieron los tacos y hasta ese aire denso.
Es difícil encontrar motivación para celebrar una independencia que en la práctica no tenemos o que no se manifiesta para todos los 'casi chilenos' del norte.
Es triste saber que muchas celebraciones de 'Chile' son a costa de la pérdida de culturas milenarias y de un oasis en el medio del desierto más árido del mundo. Todo a cambio de nada.