Todos estamos notando que Calama está cambiando, haciéndose más hermosa y atractiva para vivir. Vemos nuevas plazas, templos, colegios, liceos, el mall, supermercados, nuevas poblaciones, veredas, bordes del río. Caminos pavimentados, un sueño de los loínos, que debíamos recorrer y sentir el olor a la tierra caliente a mediodía y esquivar el polvo de los remolinos de viento.
Algunos aún recordamos que desde la Casa de Fuerza se daba y cortaba la luz a ciertas horas y el agua se distribuía en camiones. Hoy existen muchas instalaciones eléctricas, instalaciones de agua, hay recolección de basura y basurales. Años atrás veíamos muy pocas casas con más de un piso; decían que por el río Loa el terreno era muy húmedo y blando. Hoy cada día vemos más edificios y departamentos en altura.
Nuevas canchas se están habilitando en las poblaciones y el Estadio Minero se inaugurará con un nombre que puede ser: el de su impulsor Sr. Meza, del jugador Cornejo, del gran socio Mario Lira , del Dr. Stoppel o quizás con varios apellidos.
Este año el Concejo Municipal aprobó el dinero para realizar mejoras en el mal tenido hospital, esperando que el nuevo se llegue a terminar, para entusiasmar a los médicos y especialistas que quieran venir a atendernos.
Los que alguna vez viajamos en Ladeco años atrás, recordamos un aeródromo pequeño y muy modesto, lejos de la ciudad, en el que había que caminar por la tierra para embarcarse. Hoy es un gran aeropuerto; ensanchado y alargado con un flujo de un millón y medio de pasajeros al año, la mayoría mineros. Gracias a Dios que todavía conservamos los viejos pimientos de la avenida La Paz que nos dan su sombra y las quintas privadas que se están abriendo para deleitarnos con las bondades del oasis calameño.
Agradezcamos a las autoridades, instituciones, Municipalidad, Proloa, Calama Plus Codelco, juntas de vecinos etc., por hacer de esta tierra un mejor lugar para ser feliz.