Se dio a conocer ayer en redes sociales y generó cierta atención dentro de la directiva. El presidente de las series cadetes de Cobreloa, Mario Avilés, habría tenido un fuerte altercado con jugadores de la sub 19 a quienes reprochó por la mala campaña en el actual torneo, cuando estos entrenaban y requerían agua, específicamente en el caso del zaguero Maximiliano Gálvez.

Pero Avilés salió a aclarar el tema. "Nunca he insultado a un jugador y una discusión de momento como sucede siempre en el fútbol, más en el caso de uno que es un dirigente que siempre está en el club de campo trabajando no se puede agrandar. Pero sé cuál es la intención. Hay gente que ahora se va a dedicar a buscar cualquier argumento para ensuciar el trabajo de la actual directiva, porque es más fácil manchar al contrario que aportar desde la oposición", clarificó.

Y sobre el jugador en cuestión, Mario Avilés asegura que "hoy (ayer) fui como siempre al club de campo y hasta conversé con Maxi. Es muy bajo tratar de ensuciar el nombre de alguien diciendo por ejemplo, que el jugador me replicó que no me ha visto nunca en los entrenamientos cuando si ustedes le preguntan a él, dirá que me ve siempre trabajando con las series menores".

Avilés asume su segundo período al mando de las series menores del club y por eso pide que "ojalá a uno lo evalúen por los resultados, no por rumores mal intencionados".

Con novedades se mostró el trabajo de inicio de semana en Cobreloa. Primero, porque el cuerpo técnico liderado por Fernando Vergara se encuentra realizando exhaustivas pruebas físicas a su plantilla con la ayuda del especialista Pablo Morales, que ha aplicado el modelo a planteles de Colo Colo, la "U" y la selección nacional.

Vergara explicó que "durante toda esta semana estamos aprovechando de hacer todo tipo de evaluaciones con el apoyo del GPS que va midiendo el pulso cardiaco y sin duda nos entregará antecedentes científicos que no tenemos hasta ahora y nos servirán para preparar mejor los partidos a futuro".

Otro de los hechos llamativos de la jornada fue que el plantel recibió a estudiantes de la escuela F-33 y estudiantes de la carrera de Prevención de Riesgos del Inacap quienes llegaron a sacarse fotos y compartir con sus ídolos.

localía

Una vez terminado el encuentro con Barnechea, entre la adrenalina y la decepción José Luis Jiménez partió rumbo a su casa junto a su familia masticando la derrota.

Y ya al otro día, cuando quiso reincorporarse a la rutina, un fuerte dolor en su pierna izquierda lo preocupó más de la cuenta. "Ni en el vestuario ni menos en el partido, con toda la presión y lo que se estaba jugando sentí pinchazo alguno. Con suerte, tenía una molestia en otra parte de esa pierna pero nunca como para pedir cambio. Y cuando me di cuenta al otro día, le dije al médico y me hice una resonancia porque había que descartar un desgarro, lo que finalmente terminó siendo la lesión definitiva en la zona del isquiotibial", comenta el delantero.

recuperación

Y adelanta que "si todo sale bien podría estar para el partido con Iquique en Calama y espero que así sea porque no quiero perderme nada de esta parte del campeonato. Sé que ante Unión Española el técnico va a recuperar a otros compañeros que no habían podido estar por lo que tengo fe que nos podemos traer un resultado positivo desde Santiago".

Jiménez asumió que "el tema de la presión en La Madriguera ha sido malentendido porque en la cancha uno es profesional y está acostumbrado a recibir críticas e insultos. Lo que nos tiene preocupados es lo que pasa a la salida, porque por ejemplo, a Luciano Palos le tocó vivir una situación muy desagradable con hinchas cuando iba con sus hijos chicos. Uno respeta a los hinchas y también pide respeto".