Comer y pensar en una gastronomía más sana
mirada. Desde la filosofía, una académica aborda la comida en ámbitos como la estética, el placer y el arte. Defiende la buena nutrición y reclama por mayor atención a las cocinas regionales.
En época de competencias gastronómicas televisadas, comida rápida y proliferación de cartas y restaurantes extranjeros, la importancia de comer como un acto cultural, el valor de la comida sana y la riqueza de reunirse en torno a los simbolismos de la gastronomía asoma como una rareza. Más aún si se trata de un punto de vista filosófico-práctico.
Pero esa es la apuesta de la doctora en Filosofía, académica de la Universidad Católica y crítica gastronómica Valeria Campos, quien lanzó el curso "Comer y pensar. Una aproximación filosófica al fenómeno gastronómico", con la idea de abrir un espacio en un área poco explorada en las universidades chilenas.
Desde el 9 de octubre en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, en ocho sesiones se están abordando diversos ámbitos como la filosofía, estética, placer y el arte ligados a la gastronomía. Dos de estas clases estarán a cargo de los chefs Tomás Olivera y Juan Morales.
"Somos lo que comemos", asegura Campos, parafraseando a Jean Anthelme Brillat-Savarin, jurista francés y autor del primer tratado de gastronomía ("Fisiología del Gusto", 1825). Para la académica, comer genera significado, valores y lazos afectivos. "Comer es un acto complejo, así como también cocinar, y desde todas las perspectivas posibles. La gastronomía implica desde que se produce el alimento, las personas que intervienen hasta quienes se lo comen", afirmó respecto de las clases.
mejores prácticas
Para la académica, hoy los chilenos prefieren alimentos comprados en los supermercados, e "ir a la ferias algo mucho más usual".
El perfil "extremo" del país, según Campos, también se puede apreciar en la comida.
De ser exitosos en la lucha contra la desnutrición, hoy la obesidad es la preocupación, asevera la especialista.
Según la doctora en Filosofía, "es producto de la industria de comida procesada y rápida". "Pero no creo que la solución sea demonizar las grasas o azúcares; al final, son macronutrientes necesarios. Hay que poner énfasis en un control de la ingesta de estos, especialmente en las grasas", asegura.
Campos plantea a la industria local mirar más a las cocinas regionales del país y menos a las de otros países, como la peruana. "En Perú los platos típicos llegaron a la alta cocina, pero en Chile la cazuela aún está en la casa", agregó.