El día en que el cielo bajó al televisor
serie. En diez capítulos, un Premio Nacional de Ciencia, un astronauta y un ingeniero contarán los secretos de la astronomía precolombina y de los observatorios ALMA, Paranal, La Silla y Tololo.
Debutó por las pantallas nacionales la serie de Cábala Producciones "Hijos de las Estrellas". En diez capítulos, busca entretener y enseñar, dos verbos que a veces conjuga la llamada televisión educativa. Javier Urrutia, director ejecutivo de La Red, destaca que ese canal abrió su franja estelar de los domingos a programas de calidad, porque tienen un compromiso con hacer una televisión "con sentido y propósito, incluso cuando hacemos entretención pura".
Ganadora de un fondo del Consejo Nacional de Televisión, la serie también sumó en esta aventura a un canal de la televisión pública colombiana y a Televisión Nacional de Uruguay.
Gonzalo Argandoña, director ejecutivo de la serie y responsable de esta apuesta que hoy se ve en Chile, Colombia y Uruguay, cuenta por qué el cielo ahora bajó a la tele.
- ¿Cómo partió la idea?
- Siempre nos llamó mucho la atención la astronomía y los misterios del cosmos, porque nos conecta con preguntas básicas del ser humano acerca de nuestros orígenes y futuro como especie. Además, Chile reúne la mayor concentración de telescopios ópticos en el mundo, desde los cuales se han realizado y continúan realizando importantes descubrimientos para la ciencia mundial. A pesar de eso, nunca se había realizado una serie para televisión abierta sobre estas temáticas.
- ¿En qué se parece la astronomía precolombina con la actual?
- Pudimos confirmar que el conocimiento ancestral del cielo por parte de los pueblos americanos sigue vivo hoy, en un siglo XXI híper tecnológico. No se trata de un testimonio muerto, que esté en los museos o exposiciones, sino que late con fuerza en numerosas comunidades. Me llamó mucho la atención el trabajo que realiza en Brasil un doctor en astronomía de origen indígena, que hoy está dedicado a estudiar y rescatar la visión del cielo de las etnias amazónicas. Algunas de esas etnias tienen una visión diferente del espacio-tiempo, tanto así que incluso les podría resultar más sencillo que a nosotros comprender algunos conceptos de la teoría de la relatividad de Einstein.
- ¿En qué se parecen los distintos pueblos latinoamericanos cuando miran sus cielos?
- Un punto en común es la íntima conexión del cielo y las estrellas con todos los aspectos de la vida cotidiana, desde ángulos religiosos y míticos hasta asuntos más prácticos, como la medición del paso del tiempo y la planificación de las tareas agrícolas. También vemos que ese conocimiento del cielo se plasma en numerosas manifestaciones: cuentos, poesías, leyendas, así como en magníficos monumentos y edificios que están finamente alineados con el firmamento.
- ¿Cómo se abordó el proceso de filmación?
- Grabamos en todos los observatorios astronómicos en Chile, incluyendo Paranal, ALMA, La Silla, Gemini y Tololo. Además el rodaje incluyó Argentina, Perú, Colombia, Brasil, México, Estados Unidos y Europa, en un gran esfuerzo de producción iberoamericana, con locaciones tan diversas como el Amazonas brasileño, sitios ancestrales aztecas, mayas y telescopios en Islas Canarias. Fueron ocho meses, en una suerte de viaje audiovisual o road movie en busca de los misterios del Universo revelados desde América Latina.
- ¿Cómo eligieron a los investigadores?
- Buscamos personajes que dieran cuenta de riqueza en la exploración del cosmos. Así incorporamos a José Maza (astrónomo y Premio Nacional de Ciencia), a Franklin Chang Díaz (primer astronauta latinoamericano en el espacio y hoy empresario espacial), y a Diego Urbina (ingeniero colombiano que participó en la simulación de una misión tripulada a Marte), entre otros científicos, artistas y pensadores.
José Maza considera que un programa así en la televisión abierta es un paso positivo y fundamental para ensanchar los horizontes de la teleaudiencia. Es el "aperitivo" que abre paso a la prensa escrita y luego a los libros. "La velocidad con que cambia la ciencia y la longevidad del ser humano hace imposible que una persona se mantenga 'al día' en sus conocimientos con los que aprendió en la educación formal. Hoy que la educación es una preocupación para la sociedad, debemos pensar también en ir informando, encantando y educando a todos con las nuevas cosas que nos trae la ciencia", acota este astrónomo cazador de supernovas.