Jimena Cruz tiene una clara convicción: resguardar y preservar la cultura y tradiciones Lickanantay. Esta atacameña, oriunda de San Pedro de Atacama, ha dedicado gran parte de su tiempo a lograr este objetivo. Trabaja desde el 2003 en el Museo Arqueológico Gustavo Le Paige y desde el 2007 se dedica al área de conservación. Además es parte de la Red de Museos Comunitarios y organiza el Festival Espíritu Ancestral en el ayllu de Séquitor que busca recuperar costumbres como las coplas, asociadas a los carnavales. Sumado a ello, tiene proyectos personales recolectando la memoria oral de sus padres, abuelos y bisabuelos.
-¿Cómo nace el interés en el rescate de tradiciones?
Cuando niña. Yo me acuerdo que mi abuelo cuando termina de sembrar cantaba con una flauta curva y una caja challera. Nos sentábamos alrededor del fuego y él contaba sus historias.
Mi abuelo se fue y se fue automáticamente todo eso. Desde ahí, a los 10 años, tomé conciencia.
Nunca supe que esto era memoria oral o antropología, pero si me quedaba una gran necesidad de poder escribir eso, de poder rescatar. Yo me acuerdo que de niña guardaba esos cubiertos grandes, esas mantas, algo en mí me decía que eso era valioso. Por otra parte mi papá trabajaba en el Museo con Gustavo Le Paige. Ambas cosas me llevaron a lo que estoy en la actualidad.
-¿Cómo siente que has ido avanzando en este rescate?
Si bien está todo escrito y tengo varios trabajos guardados, creo que hacen falta espacios de difusión donde alguien se dedique a hablar de esto. De hacer conciencia a los mas jóvenes yo creo que eso falta. El Festival de Séquitor es un espacio donde tu provocas esa conciencia, donde hablamos del agua, muchas veces las coplas van dedicadas a eso a la perdida de las siembras. Para mí ese ha sido un espacio donde siento yo se está tratando de resguardar.
Por otra parte, he trabajado rescatando técnicas de tejido precolombino y dentro de esto, yo cuento historias. Hago miniaturas de cactus, flamencos, etc. y las pongo en práctica con mis sobrinos y con mi hijo.
¿Cómo ve a las nuevas generaciones? ¿Los ve interesados en empaparse de su historia o existe una desvinculación?
Yo creo que hay un interés de rescatar, que esto no se pierda. Con todos los golpes que hemos recibido, del Gobierno, del turismo, yo creo que también ha hecho que tomemos conciencia que esto es algo fuerte que si no lo conservamos en este momento lo vamos a perder.
Hoy en día se nota que hay un peligro de que podamos desaparecer con nuestras tradiciones. Que empieces a hablar de "rescate", "memoria", "revalorización", te habla de que realmente estamos en un proceso nadando contra la corriente y lo que queremos lograr es poder ganarle a este gran río que se nos va en contra y lograr nuestros objetivos de que muchas de nuestras tradiciones queden en la actualidad reflejadas como prácticas. Por eso luchamos para que dentro de los colegios, instituciones, se valide lo que es el aprendizaje intercultural, lo que es fundamental dentro de los pueblos indígena. A nosotros se nos vino el turismo encima y no supimos cómo reaccionar.
¿Cuál es su sueño?
Tener una Fundación donde se pueda trabajar con los jóvenes atacameños, para que ellos se inserten al trabajo ya sea turismo u otra área, con herramientas válidas que les permitan acceder a puestos dignos. Enseñarles derechos laborales, traspasarles conocimientos con los abuelos. Hacer un cambio, que los jóvenes se empoderen.