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El veneno de escorpión azul que bebió Gonzalo Millán y su diario de vida

CINE. El poeta tomó de la pócima para combatir el cáncer que lo agarró del pulmón. Anotó todo en un diario de vida con el que pudo enfrentar su propia muerte. Ahora, se hizo un documental que incluye sus anotaciones y la voz del novelista Alejandro Zambra.
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Cuando se enteró que padecía un avanzado cáncer pulmonar, el poeta Gonzalo Millán (1947-2006) esperó la muerte escribiendo un diario de vida. El cuaderno funcionó como bitácora de sus últimos días. Era la urgencia de plasmar los sentimientos que lo desbordaban durante esos momentos decisivos. Además revisó su pasado: apuntes de despedida no exentos de poesía.

El resultado fue "Veneno de Escorpión Azul" , una obra literaria tan desesperada como nostálgica que fue editada por UDP tiempo después de la desaparición del escritor.

A ocho años del trágico fin, los periodistas y realizadores Catalina Albert, Violeta Castillo y Matías Hinojosa profundizaron, desde el lenguaje cinematográfico, en esta particular manera de retirarse del mundo.

"Veneno de Escorpión Azul: Diario de Muerte de Gonzalo Millán", se exhibirá en SURDOCS, Festival Internacional de Cine Documental de Puerto Varas, que se llevará a cabo entre el 26 de noviembre y el 4 de diciembre.

"Lo que nos cautivó, más allá de la muerte, y la tragedia familiar que envolvía la obra, fue la personalidad de Gonzalo Millán", resalta Hijonosa. "Un tipo que se encierra a escribir, tras saberse desahuciado, no puede ser cualquier tipo. Aunque Millán fue toda su vida un escritor compulsivo, había algo hermoso en aquella decisión. Pienso en Proust escribiendo 'En busca del tiempo perdido', postrado en su cama, trabajando veloz, con la muerte pisándole los talones. Hay mucha dignidad en esa forma de morir".

una caja de zapatos

Los cineastas contaron con la voz del escritor Alejandro Zambra para leer fragmentos del libro. Entrevistaron, además, a familiares y amigos del poeta, quienes complementan una apuesta visual donde los objetos de Millán cobran especial importancia.

"Trabajamos basándonos en su imaginario, queríamos que la película fuese un viaje a su universo visual", cuenta el director. "Aunque es más conocido por su obra literaria, Millán desarrolló una obra plástica durante toda su vida. Acostumbraba trabajar con artículos de desecho, como fichas bibliográficas, recortes de diario y cosas que encontraba en la calle. Nosotros decidimos usar esos mismos materiales, por eso se ven fichas bibliográficas, recortes de diario, dibujos y flashes. Ver la película tenía que ser como hojear uno de sus cuadernos".

- ¿Descubrieron algo al revisar sus cosas?

- Si. Unas cajas de zapatos llenas de fichas bibliográficas. Desde finales de los años 80 que Millán acumulaba y acumulaba sus dibujos en esas cajas. Era, como lo define uno de sus hijastros en el documental, una suerte de diario visual. Allí estaban almacenadas todas las obsesiones que cruzaron su vida. Ojalá algún día se exponga públicamente ese material.

- ¿Por qué Alejandro Zambra como narrador?

- Uno de los grandes desafíos fue encontrar la voz de Millán. Necesitábamos incluir ciertos fragmentos de la obra para armar la película, pero no había ningún registro de su voz. Teníamos que solucionarlo de alguna manera. Alejandro Zambra tuvo cierta cercanía con Millán en sus últimos años de vida y nos pareció el más indicado para hacerse cargo de esa labor. Le hicimos la propuesta y él, muy generosamente, aceptó.

- ¿Qué importancia tiene Millán en la literatura chilena?

- Ninguno de nosotros es experto en poesía, tampoco somos estudiosos de su obra. Sin embargo, la calidad de su trabajo es evidente para cualquier lector. "Veneno de Escorpión Azul" es un libro sobrecogedor, con momentos dolorosísimos y de una honestidad admirable. Más allá de las consideraciones literarias que uno pueda hacer, sería bueno destacar la dimensión terapéutica de la obra. Haciendo este documental nos enteramos de mucha gente que leyó el libro para sobrellevar su propia enfermedad. Creo, como dice uno de los entrevistados en el documental, la obra de Millán crecerá con los años. Trascenderá.