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Con el pie en el acelerador

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Cuando las mujeres "golpean la mesa" por más oportunidades de trabajo y remuneraciones más equitativas, no dejan de tener razón. Ellas, junto a la población juvenil, son los más excluidos laboralmente. Qué decir de los llamados "nini", jóvenes que ni estudian ni trabajan y que en el país bordean los 766 mil. Pensando en ello, es que la Presidenta Bachelet priorizó entre sus medidas, un programa de capacitación -Más Capaz- para facilitar el empleo a 300 mil jóvenes (18-29 años) y 150 mil mujeres (30-64), así como a jóvenes con discapacidad.

La capacitación, gratuita, incluye recursos para traslado, alimentación y habilitación de espacios para el cuidado de niños, de modo que las mamás no tengan impedimento para participar.

El programa Más Capaz está diseñado acorde a la realidad regional, de modo que las personas tengan reales expectativas de contratación, justificando de este modo la fuerte inversión pública que grafica el esfuerzo de nuestro Gobierno por dinamizar una economía que ya acusaba síntomas de letargo con la administración Piñera.

Este esfuerzo por oxigenar la economía se evidencia también en la inversión de 32 mil millones de pesos (FNDR) para Calama el 2015 y que implica la creación de 2 mil empleos a través de cinco proyectos de envergadura: construcción de la nueva casa consistorial para el municipio, parque Las Vegas, memorial Topáter, nuevo eje Grau-Prat y mejoramiento avenida Granaderos.

Visto que el trabajador no es un mero factor de producción, sino fuente de dignidad personal y desarrollo para su familia, el Ministerio del Trabajo y Previsión Social, ha gestionado 10 leyes que velan por la protección de sus derechos, como la facultad de los padres trabajadores a alimentar a sus hijos menores de 2 años, aporte familiar permanente, reajuste del salario mínimo, término del multirut.

Otro pilar de la agenda, es la implementación de la fiscalización en la línea, que elevará a 350 mil el número de inspecciones, respecto a las 700 que se realizan por la vía presencial.

En síntesis, una agenda que busca emparejar la cancha entre empleadores y trabajadores, con acento inclusivo, participativo e innovador, que dignifica el trabajo y nos anima a brindar nuestros talentos por un Chile mejor.

Soluciones para la falta de viviendas

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El gigantesco incendio que consumió las improvisadas viviendas del campamento ubicado en el sector La Chimba de Antofagasta, y que dejó a más de 200 personas damnificadas, refleja la vulnerabilidad en la que viven estos grupos familiares que no tienen viviendas definitivas. Una realidad que se repite a lo largo del país y que desnuda un verdadero drama social del que no se han hecho cargo los distintos gobiernos.

Nadie puede pensar que esas familias están cómodas en esta situación de precariedad o que es el destino que ellos mismos se han forjado. Muy por el contrario ellos son la muestra de la ineficiencia del Estado para responder más que a una necesidad a un derecho de tener un techo digno para desarrollar una vida familiar.

Entonces es el mismo Estado el que debe proporcionar las facilidades para que abandonen esa condición otorgando los mecanismos necesarios para que accedan a una vivienda definitiva.

Si bien los campamentos nacen de tomas ilegales, no es menos cierto que son medidas extremas ante la falta de casas y los sufrimientos de vivir hacinados o allegados. Por ello, el problema se tiene que analizar desde la perspectiva de generar los proyectos inmobiliarios necesarios para que todas las familias que están en espera, incluidas las tomas, puedan materializar el sueño de la casa propia.

No es posible que mientras la demanda sea galopante existan ejemplos como el de El Loa, donde en más de tres años no se construyó una vivienda social. Eso demuestra una insensibilidad de las autoridades y de paso propicia tomas como las que conocemos en Calama y San Pedro de Atacama.

Es aquí que las voluntades se deben concentrar para lograr que las políticas habitacionales tendientes a solucionar el problema no se diluyan.

Es un tema que no se puede eludir. Es más se debiera ir mucho más allá del discurso y el compromiso. Se debe obrar de forma coordinada en el tiempo, sin importar el gobierno de turno, para que quienes hoy viven en campamentos salgan de esos lugares para vivir dignamente y con mayor seguridad.