¿Es posible reinventarse después de los 30?
sociedad
Antagonistas que se vuelven héroes durante el transcurso de una serie de experiencias son situaciones comunes de ver en el cine o en la literatura. Y si bien en el mundo real varios estudios han sugerido que es posible cambiar rasgos de la personalidad, incluso en plena adultez, hay un sicólogo que es reacio a esta idea y advierte que después de los 30 ya está todo establecido y no hay vuelta atrás.
En su libro "Me, Myself, And Us: The Science of Personality and the Art of Well-Being", el profesor de Sicología de la Universidad de Cambridge Brian Little sostiene que existe una especie de "plazo" para quienes aspiran a modificar algún rasgo de su personalidad que no los satisface.
Little basa su teoría en William James, un sicólogo de Harvard autor del libro de 1890 The Principles of Psychology, que sostiene que en la mayoría de las personas, a la edad de 30 el "personaje" de cada uno se ha fijado "como el yeso" y nunca vuelve a "ablandarse".
Según Little, citado por MedicalDaily, las investigaciones posteriores sólo han reforzado la idea de James, e incluso los National Institutes of Health de EE.UU. han acuñado el término "plasticidad de personalidad" para explicar cómo los rasgos de la personalidad continúan desarrollándose hasta los 30 años, y después de ello estas características alcanzan un estancamiento.
Pero, ¿qué se entiende por personalidad?Cuando los sicólogos hablan de personalidad, por lo general se refieren a cinco grandes rasgos: la apertura (a la experiencia), la meticulosidad (o responsabilidad), la extroversión, la amabilidad y el neuroticismo (o inestabilidad emocional).
Aunque comúnmente se crea que esas características fluctúan según el estado de ánimo o la hora del día, hay investigaciones que sugieren que se mantienen bastante estables.
Pequeños "ajustes"
Little afirma que si bien durante los 30, 40 o 50 años se pueden realizar pequeños ajustes o "retoques"a la personalidad, ninguno de ellos se compara con los que es posible realizar durante las primeras tres décadas de desarrollo.
Además, el experto recuerda que es justo en esta edad donde, por lo general, la persona alcanza una mayor madurez.
"Si realizamos una investigación longitudinal apropiada -es decir, seguimos a la misma gente por un periodo de tiempo-, ¿qué es lo que vemos?", se preguntó Paul T. Costa, de los Nacional Institutes of Health de EE.UU., citado por el portal Science of US. "Vemos que los grandes cambios que se registran desde la adolescencia temprana hasta inicios de la adultez son silenciados en gran medida después de los 30 o 35. Sigue habiendo cambios en la personalidad después de ello, pero son muy, muy modestos en comparación con las etapas anteriores de la vida", contestó el especialista.
La teoría de Little se contrapone a la divulgada en 2003 por investigadores de la Universidad de Berkeley. En ese trabajo, el equipo del doctor Sanjay Srivastava analizó a más de 132 mil adultos con edades de entre 21 y 60 años, y observó en ellos los cinco grandes rasgos de la personalidad. El trabajo de reveló que después de los 30 años, las personas siguen presentando cambios en estos rasgos.
Si bien la genética juega un rol trascendental en el tipo de personalidad, los expertos sugieren que después de los 30 la práctica -o lo que se hace en el día a día- puede influir también. Por ello, recomiendan que si una persona se propone intentar cambiar algún rasgo, intente realizar actividades que se opongan a la característica que quiere modificar. Por ejemplo, si una persona aspira a cambiar su timidez, lo recomendable es hacer vida social, participar en fiestas y juntarse con más gente, aunque al principio le parezca difícil.
Mabel González