Lecciones de una tragedia
El triste desenlace que tuvo el caso del pequeño Mateo Riquelme no hace más que confirmar que como sociedad y vecinos debemos estar atentos a lo que sucede con quienes están más indefensos, llámense niños y ancianos. No sólo basta con ser observadores pasivos, debemos involúcranos en lo que sucede en nuestra familia, con nuestros vecinos y en la comuna para poder actuar con la celeridad que se requiere.
Hoy sus vecinos comentan sobre hechos de violencia intrafamiliar. Algunos se atreven a decir que el niño vivió un verdadero calvario en medio de un núcleo familiar disfuncional y que sufría de malos tratos de personas que en su momento lo tenían bajo custodia.
Estos mismos testigos fueron los que se atrevieron a gritarle "asesino" al padre adoptivo del menor, el joven Cristian Riquelme cuando se hizo la reconstitución de escena. El vecindario sabía que la teoría del secuestro o robo era una mentira y todas sus sospechas recaían sobre el padre.
Fue una reacción positiva de la gente, que con protestas y con exigencias logró que el caso poco a poco se fuera esclareciendo hasta llegar a la infausta noticia.
Lamentablemente todo pudo ser distinto. Bastaba que alguno de estos mismos testigos hiciera la denuncia en las instancias correspondientes. Aquellos que supieron de la violencia intrafamiliar tienen su grado de responsabilidad en este triste suceso, situación que nos debe hacer reflexionar respecto a la importancia de la denuncia.
Nuestro Diario ha estado preocupado del tema y en la última etapa de su campaña comunicacional que se realiza con recursos del Fondo de Medios del Gobierno Regional, se hizo hincapié en la relevancia de denunciar a tiempo, que el silencio es cómplice y que no permite zafar del maltrato y tampoco ayudar al agresor y agredido.
Esto fue lo que ocurrió con Mateo no hubo alguien que alertara de la situación por la que atravesaba el menor y pudieran ponerlo a resguardo. Resulta difícil y, a veces complicado, denunciar más cuando se involucra precisamente a quienes están allí para cuidar y proteger a los menores. Pero es una tarea que se debe cumplir y así evitar nuevos casos como el de Mateo.