Calama despidió a Mateo con un multitudinario y emotivo funeral
investigación. En la audiencia, Cristian y Carolina Riquelme Araya, ambos de 29 años, fueron formalizados y quedaron en prisión preventiva por su participación en la muerte del menor.
Un día de contrastes fue lo que se vivió la jornada de ayer en la provincia de El Loa. Mientras por la mañana en el Tribunal Oral en lo Penal de la ciudad fueron formalizados los dos sospechosos detenidos por la muerte de Mateo, quienes además quedaron en prisión preventiva hasta que termine la investigación, por la tarde cerca de 2 mil personas le dieron el último adiós a los restos del menor en el cementerio Municipal de Calama.
Las principales consignas que se escucharon durante todo el día eran las de justicia para Mateo o que paguen con cárcel los que cometieron el crimen, sólo un par de frases que reflejan el sentir de la comunidad calameña de un enigma policial que todavía no es del todo resuelto.
Despedida de Mateo
Cerca de las 14 horas, el cuerpo de Mateo abandonó la capilla San Francisco de Asís de la villa Ascotán, donde fue velado desde que su familia recepcionó sus restos en el Servicio Médico Legal (SML) de Calama, para ser llevado en una carroza de vidrio hasta la Catedral San Juan Bautista, donde era esperado por una gran multitud de personas que querían despedirse de él.
Pero antes de llegar a la plaza 23 de Marzo, el medio de transporte que llevaba el féretro de Mateo, la cual fue cedida gentilmente para la ocasión por la agrupación de motociclistas calameños Monjes Rebeldes, recorrió las principales calles de Calama donde fue ovacionada por los transeúntes.
A las 15 horas el cortejo fúnebre arribó a la catedral, lugar atiborrado de gente, donde se realizó un emotivo responso, en el cual participaron la familia del menor encontrado muerto, autoridades locales, políticos de la zona y dirigentes vecinales.
La madre de Mateo, Karen Tejada, a quien se le vio muy afectada, estuvo acompañada en todo momento de familiares y amigas, quienes no permitieron que los medios de comunicación se le acercaran para obtener alguna impresión.
El alcalde de Calama, Esteban Velásquez, expresó que "la comunidad de Calama se ha conmovido mucho con esta situación, pero no podemos quedarnos en el lamento y debemos tratar de lo que le ocurrió a Mateo no se vuelva a repetir y eso tiene una sería reflexión para todos".
Por su parte, el gobernador de la provincia El Loa, Claudio Lagos comentó que "es uno de nuestros niños el que se fue, siendo asesinado de una forma brutal, pero tengo la convicción de se hará todo lo posible para que los culpables tengan el castigo que se merecen. La Presidenta Bachelet nos envió un mensaje para que hagamos nuestro mayor esfuerzo para que se haga justicia y el crimen de Mateo no quede impune".
Una vez concluida la ceremonia litúrgica, el cuerpo de Mateo fue llevado a dependencias del cementerio Municipal de Calama, donde era aguardado por adultos y niños, quienes provistos de flores y globos de color blanco rindieron un sentido homenaje al pequeño.
En el lugar familiares y amigos de la madre de Mateo agradecieron a todos los calameños que participaron en la búsqueda del niño y a quienes lo acompañaron en su último adiós. Además brindaron un saludo especial a Carabineros por la gran labor realizada durante las últimas dos semanas.
Para concluir la emotiva despedida del pequeño Mateo, los presentes en forma espontánea entonaron el himno de Calama, para luego rezar un padre nuestro en memoria del pequeño de dos años.
Prisión preventiva
Pero la jornada de ayer partió mucho antes, cuando a eso de las 9:15 horas ingresaban a la 1ª sala del Tribunal Oral en lo Penal de Calama los hermanos mellizos de 29 años, Cristian y Carolina Riquelme Araya, quienes fueron formalizados y quedaron en prisión preventiva por su participación en la muerte de Mateo de tan sólo dos años de edad y la posterior ocultación del delito.
El fiscal a cargo de la investigación, Raúl Marobalí, solicitó que se formalizará por los delitos de parricidio e inhumación ilegal a Cristian y por el cargo de obstrucción a la investigación a Carolina, solicitud que fue aprobada por la jueza Paulina Rodríguez, a pesar que la defensa trató de desacreditar al ministerio Público.
"El delito de parricidio a nuestro escrutinio sólo involucra la acción de matar a otro, dentro de estas relaciones que establece el tipo penal, pero él (Cristian) también ejerció una acción adicional que fue enterrar el cuerpo del menor, lo que comprende una tipología distinta", enfatizó el fiscal Marabolí.
A pesar de los alegatos de la defensa, ambos sospechosos quedaron en prisión preventiva mientras dure la investigación y fueron llevados hasta al centro penitenciario de la ciudad de Antofagasta, donde fueron recluidos bajo estrictas medidas de seguridad, ya que el Centro de Detención Preventiva (CDP) de Calama, no contaba con las providencias para el resguardo de la integridad de Cristian y Carolina.
Se estableció un plazo de 120 días para la investigación, donde ambas partes deberán recabar la mayor cantidad de pruebas y antecedentes para acreditar o desacreditar los hechos que se le impugnan a los imputados.
Además el tribunal acogió la petición del fiscal Marabolí para que se les tomen muestras biológicas a los detenidos, con el fin de compararlas con las evidencias levantadas en la pieza donde habría muerto Mateo y el lugar donde fue encontrado su cuerpo hace un par de días.
Muerte del menor
Durante la audiencia de ayer, también se conocieron detalles escabrosos de las jornadas previas y del mismo día en que fue asesinado el menor.
Para acreditar la participación de Cristian y Carolina en la muerte de Mateo y fueran formalizados y dejados en prisión preventiva, el fiscal y la parte querellante que en este caso es el Servicio Nacional de Menores (Sename), dieron a conocer detalles del preinforme entregado por el SML de Antofagasta y algunos interrogatorios hechos a testigos y posibles involucrados en el caso.
Lo primero que se conoció fue que el niño era constantemente maltratado por su padre no biológico, quien le pegaba e insultaba constantemente, por lo que muchas personas que vieron al menor semanas antes de su muerte, indicaron que Mateo tenía varios moretones en diferentes partes de su cuerpo.
Además se señaló que el padre era un asiduo consumidor de drogas duras y bebidas alcohólicas, por lo que muchas veces dejaba al pequeño encerrado sin comida durante varias horas en la pieza número 6 de la pensión en que vivían, ubicada en calle Federico Errázuriz en el sector poniente de Calama.
Respecto al tema de que al menor se le introdujo agentes extraños, para evitar que su cuerpo devolviera fluidos que pudieran haber dejado evidencias biológicas en los lugares a los que fue llevado tras su muerte, el fiscal Marabolí recalcó que "efectivamente es un dato anexo que entregó el médico legista, quien estableció lo que tenía el menor en la faringe y en la boca, que aparentemente sería un pañal desechable, procedimiento que se utiliza para impedir que expulse líquidos una vez fallecido".