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El director Tim Burton y Keane, la artista que se obsesionó por los ojos grandes

cine. "Big Eyes" se centra en la pintora Margaret Keane, cuya carrera fue opacada por un marido autoritario, machista y conservador de los años 50, quien se atribuyó la autoría de sus obras.
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La idea de que "detrás de todo gran hombre hay siempre una gran mujer" cobra un dramático sentido en el caso de Margaret Keane. En el año 1970, hizo una confesión pública que remeció al mundo del arte: ella era responsable de la obra pictórica que hasta entonces se la atribuía a su megalómano y célebre marido, Walter Keane. La revelación gatilló un escándalo que terminó con la artista dibujando en la corte para probar su verdad ante el juez.

Tim Burton -siempre encantado por personajes que circulan en las penumbras- se inspiró en la lucha silenciosa de la pintora para realizar "Big Eyes", una de las películas más esperadas de 2015 (con fecha de estreno en Chile para el 27 de febrero). Se trata de su segundo biopic después de "Ed Wood" (1994), otro creador al que le fue denegado el acceso al templo del reconocimiento.

Burton -un declarado admirador de la obra de Margaret Keane, mucho antes de concebir la película- se centra en las tensiones conyugales entre ella (interpretada por Amy Adams) y su marido (Christoph Waltz).

Todo esto en el machista y conservador EE.UU. de los años 50, contexto propicio para su singular martirio. Es que la suya era una esclavitud en los suburbios que estimulaba una obra desencantada y afligida: cuadros de niños tristes -y de ojos gigantes- que Walter se preocupaba de firmar para robustecer el engaño.

La propuesta fue un hit que el impostor capitalizó de la mejor manera. En poco tiempo, los melancólicos rostros infantiles de Margaret Keane se pusieron de moda, adornando oficinas y calles. Y él se convirtió en una imponente figura mediática -llegó a ser elogiado por Andy Warhol en los 60- que inventó incluso un argumento para justificar su supuesto gusto por los ojos grandes: "Mi psique estaba arruinada en mis días de estudiante en Europa, justo después de la Segunda Guerra Mundial, por un recuerdo imborrable de inocentes dañados por la guerra", contó alguna vez con tono dramático y afectado.

"En sus miradas se escondían todas las preguntas y respuestas de la humanidad. Si esta mirara profundamente a los ojos de los niños, no necesitaría una hoja de ruta. Quiero que la gente también conozca esos ojos".

La liberación

En su libro autobiográfico "The World of Keane" -que Tim Burton usó como base para la película-, Margaret Keane cuenta que un día se aburrió del abuso y decidió contar la verdad.

"Él me amenazó. Me advirtió que si hablaba seríamos demandados por gente famosa que había comprado los cuadros. También me dijo que me haría daño", escribió en el libro publicado en 1984.

Fue su primer intento de liberación. El segundo, y final, ocurrió años después de su separación cuando lanzó la controversial declaración pública.

En el proceso legal por los derechos de la obra, el juez sentenció que Walter debía pagar US$4 millones a su ex mujer por los daños causados. La pena nunca se concretó ya que el embaucador cayó en el alcoholismo y se gastó todo el dinero que tenía.