Chuquicamata corre contrarreloj
Durante la semana el dirigente sindical de Chuquicamata, Hernán Guerrero, planteó una serie de molestias que inquietan a su sector, como el desconocimiento de los resultados entregados por las empresa que auditaron los proyectos estructurales, entre ellos Mina Chuquicamata Subterránea (PMCHS), iniciativa que la DDSS asegura está atrasado en varios años.
Teoría que parece tener razón, pues de manera solapada los plazos que inicialmente se hablaban de 2018 para terminar PMCHS, súbitamente han sido aplazados a 2019 en los comunicados de la empresa y en los discursos de Nelson Pizarro, el presidente ejecutivo de la cuprera estatal.
Eso sí, mañana los medios podrán conocer de primera fuente la realidad de este esperado proyecto estructural que le dará 40 años más de vida a la división, cuando en el mismo lugar donde se edifica la mina bajo tierra, las autoridades de Codelco den a conocer a la opinión pública el avance del que se espera sea la mayor cuprera subterránea del mundo.
Información vital para todos los que entienden que un desplome productivo, entre el cierre del rajo abierto y la entrada en operaciones de la subterránea, significaría un duro golpe a la producción de Codelco y el erario nacional, pero también a la empleabilidad de los trabajadores y en definitiva para Calama.
Por ahora lo concreto, que por lo además es una muy buena noticia para trabajadores, profesionales y ejecutivos, es que el directorio aprobó la inversión de US$ 3.306 millones para la ejecución de PMCHS, los que se suman a los US$ 894 millones ya ejecutados en obras tempranas, totalizando una inversión de US$ 4.200 millones.
Cifras enormes y las mayores invertidas por Codelco en su historia, números tan impresionantes como los 1.760 millones de toneladas de cobre que aún posee Chuqui, las que representan más de 60% del total del mineral que se ha extraído de su rajo en un siglo de vida.