Estudio determinó las zonas que conforman el casco fundacional
calama. Investigación, que nació a partir del proyecto priorizado Mercado Central, Calama Plus junto a la Mesa Técnica de Patrimonio, determinó las zonas urbanas y naturales que lo forman.
Calama reúne diversas identidades, ciudad donde se conjugan un pasado milenario, una historia reciente y un futuro prometedor, donde encontramos vestigios, actividades, visiones y proyectos que hablan de estas tres realidades que conviven y se desarrollan de distintas maneras, pero con objetivos comunes de desarrollo ciudadano.
Una de las dimensiones, de las cuales encontramos una infraestructura palpable en la ciudad, tiene relación con la constitución de Calama como parte del territorio nacional y su desarrollo urbano a partir de actividades productivas como el comercio y la minería.
El desarrollo diverso de la ciudad y los elementos arquitectónicos y naturales que hablan de los cambios que ha experimentado Calama con los años y, de forma específica su centro fundacional, forman parte de los resultados obtenidos en el estudio de la Puesta en Valor del Casco Histórico de la Ciudad, el cual fue realizado a partir del proyecto priorizado Mercado Central y que busca sentar las bases de un Plan Maestro que apunte al rescate cultural y patrimonial de Calama.
Este trabajo forma parte de la asociación de distintos actores conformados en la mesa técnica patrimonial de Calama PLUS y que reúne a la dirección de Patrimonio de la Corporación de Cultura y Turismo, dirección de Obras y Asesoría Urbana del municipio, socios de la Corporación Urbana de Arquitecto del Loa (CUAL) y el equipo técnico de la dirección ejecutiva del Plan de Desarrollo Urbano.
Casco fundacional
De acuerdo a la definición de la UNESCO, entendemos que el centro histórico se refiere al conjunto formado por las construcciones, espacios públicos y privados, plazas y las particularidades geográficas o topográficas que lo conforman y ambientan y que en determinado momento histórico tuvo una clara fisonomía unitaria, expresión de una comunidad social, individualizada y organizada. A partir de este principio, la puesta en valor apunta a potenciar o resguardar aquellas áreas no sólo considerando su infraestructura sino también, la importancia patrimonial que poseen.
De acuerdo a los resultados del estudio, una de las primeras consideraciones, que tiene la ciudad, es que los procesos de transformación que ha sufrido, han dejado pocas huellas respecto a la población original de la ciudad y que dichos cambios, determinados principalmente por actividades económicas, han dado forma a la arquitectura de las zonas urbanas de la ciudad, trayendo consigo nuevos sistemas de edificación, estilos y materiales de construcción.
Lo anteriormente expuesto, según los expertos, queda de manifiesto en la zona indicada como casco histórico de Calama, donde existen inmuebles con valor patrimonial en donde es posible la recuperación, de forma individual, pero también como un conjunto con una significación cultural, que, si bien, cuenta con referentes dispersos y heterogéneos, de igual manera son importantes para la construcción del relato histórico que por momentos nos permite vivenciar el pasado reciente de la ciudad a través de la contemplación de sus edificios y áreas verdes.
Sitio de interés
En los alcances consignados en el estudio, ya es posible indicar aquellos edificios y zonas que conjugan elementos patrimoniales, los cuales se califican en tres áreas que corresponden a inmuebles institucionales, comerciales y residenciales, muchos de los cuales están abiertos al público y cuya categorización no constituye ninguna declaratoria por lo cual no impacta ni busca intervenir en el desarrollo normal de sus actividades.
En el caso de aquellos que corresponden a la línea institucional, encontramos el actual edificio consistorial, la catedral San Juan Bautista, instalaciones de ferrocarriles y el cuartel de la compañía de Bomberos n°1. Para la denominación de bienes comerciales encontramos el Mercado Central, la Casa Abaroa ubicada en calle Sotomayor al igual que el hotel El Mirador y otros ubicados en la misma calle Emilio Sotomayor, Bartolomé Vivar y Eleuterio Ramírez. Por último en el caso de áreas residenciales, destacan, principalmente, aquellas ubicadas en el radio que considera al norte por calle Bañados Espinoza, al sur por Benjamín Vicuña Mackenna y al este por avenida Balmaceda y oeste por avenida Granaderos.
Junto con aquellos edificios, también el estudio analiza la relación espacio público y vegetación y allí se consigan el sector de La Banda, el parque Manuel Rodríguez y las áreas verdes de calle Ramón Vargas y avenida Balmaceda.
Plan Regulador
El resguardo de los sitios considerados patrimoniales de la ciudad, también es parte de los principios que contiene el Plan Regulador. De acuerdo, al documento vigente desde el año 2004 se consigna la protección del patrimonio natural como el oasis, cursos del río, áreas de cultivo y otras.
El cuidado al que hace referencia el Plano Regulador, también incorpora un área urbana con tipificación patrimonial delimitada al norte por calle Vargas, al poniente por avenida Granaderos, al sur por calles Pedro León Gallo y Cobija y al oriente por la Avenida Balmaceda. Esta demarcación, proyecta una ampliación, ello luego que se apruebe el nuevo Plan Regulador de la ciudad, el cual es desarrollado por las unidades técnicas del municipio.
De acuerdo a esta primera delimitación y a la posible ampliación de la misma, los análisis e información recabada en el estudio de Puesta en Valor del Casco Histórico, recogen antecedentes que justifican un radio patrimonial mayor considerando la nueva reglamentación, relatos ciudadanos y el estudio de infraestructura que, sin duda, han sido los testigos mudos del desarrollo de la ciudad a partir de las actividades que allí se realizaban o que aún se llevan a cabo.